GOLEADA DE CENTRAL
No tuvo piedad
Mientras en la Bombonera se festejaba por la obtención de la Copa Libertadores, en Rosario, Boca expuso a un grupo de chicos a una goleada para los libros, que para colmo pudo haber sido la peor en la historia del club si es que Héctor Bracamonte no anotaba un gol en el último minuto del partido. Central no desaprovechó la ocasión para conseguir un 7-2 que incluso debió ser más amplio, gracias a una tarde mágica de Luciano Figueroa, que anotó cinco goles para transformarse en el máximo goleador del Clausura con 17.
En el mismo momento en que Mauricio Macri aparecía en todos los canales celebrando el título de la Copa, los pibes de la cuarta y la quinta –que serán el futuro del club, según el discurso del presidente de Boca– hacían lo que podían ante un equipo que en el primer tiempo no les tuvo piedad y que en el segundo levantó el pie del acelerador.