Lunes, 14 de septiembre de 2015 | Hoy
FúTBOL › EL VASCO BANCó AL PIBE BENTANCURT Y LE PIDIó TEMPLE AL EQUIPO
Por Facundo Martínez
Boca llegó al Superclásico como achicado, de punto se dice. Porque a pesar del esfuerzo que sus hinchas hacen para olvidar las eliminaciones directas por la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, esta para colmo con el escándalo del gas pimienta, y peor aún el papelón de un equipo que mientras sus rivales sufrían las consecuencias de químico se disponían para una hipotética continuación del partido, que por obvias razones nunca inició aquel segunda tiempo, el dolor estaba, calando hondo. Para colmo, la derrota con San Lorenzo la semana pasada, en un partido que era clave en la lucha por la punta, volvió a poner sobre el tapete la debilidad que el equipo de Rodolfo Arruabarrena suele mostrar en los clásicos. Pero ayer, en un Monumental repleto de hinchas millonarios y gastadas, Boca pudo quitarse la espina, aliviar su aflicción, y, en consecuencia, comenzar a soñar en serio con el título.
Son decisiones, solía decir Miguel Russo, ex técnico de Boca campeón de la Copa Libertadores 2007, que ahora pasa zozobras en Vélez. Y una buena decisión tomó ayer Arruabarrena cuando decidió poner al chico Rodrigo Bentancur, el del macanón frente a San Lorenzo que le permitió a Mattos el gol de la victoria, como titular en lugar de Pablo Pérez. Se podrá objetar que por eso dejaba afuera de Nicolás Lodeiro, que igualmente jugó desde los dos minutos, por la lesión de Fernando Gago a los 24 segundos de iniciado el partido –”una grave lesión en el tendón de aquiles de su pierna derecha”, se explicó en un parte medico–, y terminó siendo una de las figuras del equipo xeneize –junto con Cata Díaz y Fernando Tobio–, además de marcar en la primera parte el único gol que tuvo el encuentro.
Así como fue de claro el mensaje del entrenador, bancando a la joven promesa del equipo, fueron claros también los jugadores que en el vestuario le recordaron a Bentancur que eso de que esto es Boca y que entonces no se deben cometer errores como los del domingo pasado en el cierra del partido frente al Ciclón.
También fue una clara decisión del entrenador, no salir a buscar el resultado a tontas y a ciegas, frente a un rival que a priori tenía todo, absolutamente todo a favor, incluso el resto de los resultados de la fecha de los clásicos que, con la caída de San Lorenzo frente a Huracán en Parque de los Patricios, bien podía hacer que Boca se sintiera obligado a reconquistar la primera posición en la tabla del torneo de Primera División. Boca, en consecuencia, esperó su oportunidad y asestó el golpe en el momento justo, con el gol del uruguayo. Después lo trató de aguantar, ajustando las marcas ante un River nervioso con pocas ideas y, finalmente, logró su cometido gracias a dos muy buenas atajadas salvadoras de Agustín Orion. “Volvió todo a la normalidad”, dijo un Carlitos Tevez eufórico, tras festejar con sus compañeros la victoria.
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