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Los primeros diez o doce minutos del partido que la selección nacional de rugby le ganó a Irlanda por 43 a 20, presagiaban goleada en el resultado, pero especialmente en el juego. Fundamentalmente por la facilidad con que Los Pumas se adueñaban con extrema facilidad de las formaciones espontáneas, para luego obligar a los británicos a multiplicarse en la defensa lo que les impidió durante varios pasajes la posibilidad de inquietar el ingoal argentino.

El partido comenzó a cambiar a partir del drop que malogró Nicolás Sanchez, y desde allí y hasta el final del primer tiempo los irlandeses se fueron adueñando del protagonismo.

No hubo mayores cambios en el desarrollo del partido después del descanso, con Irlanda descontando de a poco la enorme ventaja que habían obtenido los argentinos.

Pero los últimos minutos fueron otra vez netamente favorables a Los Pumas que casi sin cometer errores ni infracciones llegaron al final defendiendo como si estuvieran ganando por escaso margen.

En el segundo turno con un penal sobre la hora, Australia le ganó a Escocia de modo que los cuatro semifinalistas son del Hemisferio Sur, casi como un recuerdo para el gran Mario Benedetti: “El sur también existe”.