Boca tenía todo servido para festejar anoche anticipadamente el título que se le venía negando en los últimos años. Todo menos su gente, porque a pesar de que desde hace unas fechas los hinchas visitantes comenzaron paulatinamente el regreso a la canchas del fútbol argentino, en Avellaneda no hubo caso porque la dirigencia de Racing, rápida de reflejos, esquivó con habilidad el trámite y expuso sus razones, muy atendibles por cierto, para que ello no ocurriera.

La más importante de esas razones era que Racing no estaba en absoluto regalado en el torneo –y ayer, por supuesto, lo demostró con creces– como para darle a Boca alguna ventaja, y permitirle jugar ante su gente un partido trascendental como el de ayer bien podía haberlo sido para el equipo de Rodolfo Arruabarrena. La otra, y no menos importante era evitar que los xeneizes, en caso de ganar el trámite, dieran otra vuelta en el Cilindro como lo habían hecho en otras tres oportunidades, aunque ninguna de ellas fue precisamente frente a Racing.

La primera vuelta fue en 1976, nada más y nada menos que frente a River, al que venció por 1-0 con un polémico gol del Chapa Suñé, que ejecutó el tiro libre sin escuchar el pitazo del árbitro y mientras la defensa millonaria se terminaba de acomodar. La segunda vez fue en 2003. El rival tapoco fue Racing sino Arsenal y se jugó en Avellaneda porque Boca no podía jugar en su cancha. Esta vez fue victoria de los xeneizes por 2-1, y con Carlos Tevez en el plantel y en los festejos, aunque no jugó el partido porque el DT Carlos Bianchi lo había dejado afuera de los convocados. Y la última vez fue en 2008, donde Boca se coronó a pesar de la caída por 1-0 frente a Tigre, gracias al sistema de definición del triangular final, del que también participó San Lorenzo, al que lo xeneizes habían vencido 3-1.

Durante la semana, la dirigencia de Racing defendió bien la parada. Es que el equipo de Cocca, si bien ya se había bajado de la lucha por el torneo, de ninguna manera lo había de la pelea por la obtención directa del segundo de los dos pasajes que ofrece el torneo de Primera División para disputar la Copa Libertadores, sin pasar por la Liguilla Prelibertadores que afrontarán del tercero al sexto equipo de la tabla de posiciones.

La derrota de San Lorenzo frente a Olimpo lo acercó todavía más a esa chance, incluso a pesar del triunfo de Central frente a Argentinos. Es que con el resultado de ayer, la Academia quedó a sólo tres puntos de los rosarinos, cuando quedan seis puntos en juego.