FúTBOL
La noche del gatillo fácil
Por G. V.
El juzgado de Instrucción Nº 15 a cargo del doctor Adolfo Calvete recibió la denuncia el 30 de junio. Días después, la tomó la Fiscalía de Eduardo Cubría, quien ante la presentación de Javier Castrilli se abocó a investigar la extorsión de la que fue víctima el plantel de Nueva Chicago en vísperas de un partido decisivo contra Unión de Santa Fe para evitar el descenso directo. El hecho había ocurrido el viernes 27 en el Hotel Suites Viamonte, ubicado frente a la AFA y donde estaba concentrado el equipo que por entonces conducía Néstor Gorosito.
Según el texto elevado al juzgado por el ex árbitro y director del denominado Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Prosef) “apareció un grupo de hinchas... exigiendo dinero para desplazarse a Santa Fe. Como habría existido una negativa inicial, que fue revertida merced a la tensión del clima que se vivía, decidieron entregar una suma de dinero que no habría conformado a la parcialidad del club porteño, tirando el dinero al piso que, cuando quiso ser recogido por (un jugador cuya identidad se desconoce) uno de los hinchas sacó un revolver y gatilló dos veces, por suerte sin éxito”.
De la denuncia ya pasaron 41 días y se sabe muy poco. Sin embargo, Líbero consultó a un ex integrante del plantel que confió un par de datos importantes: la barra brava tendría relación con el secretario general del club, Roberto Vila, y, aquella noche de junio, los jugadores estuvieron a punto de abandonar el hotel indignados con el episodio. El hecho no posee una conexión aparente con las amenazas recibidas por Madorrán, pero se inscribe en lalógica de violencia e impunidad.
Nota madre
Subnotas
-
La noche del gatillo fácil