Lunes, 30 de mayo de 2016 | Hoy
Mourinho tendrá que recomponer un vestuario traumatizado por los dos años bajo la dirección del holandés Van Gaal, un técnico acusado por muchos jugadores de esquemática rigidez técnica y psicológica. Angel Di María, adquirido en 2014 por casi 60 millones de libras y vendido 12 meses después por unos 15 millones menos al París Saint Germain, dijo sobre su paso por los Red Devils que “lo que pasó no fue mi culpa ni la de mis compañeros de equipo”.
En las dos temporadas bajo mando del holandés el equipo nunca llegó a establizar un estilo de juego claro y definido. Las estadísticas son contundentes. El Manchester terminó en quinto lugar a 15 puntos del Leicester y tuvo la cosecha más baja de goles a favor en 25 años: 49 tantos. En más de una ocasión la hinchada y el periodismo deportivo coincidieron en deplorar un estilo “insípido, mecánico y gris”. En el vestuario la desilusión con Van Gaal era tal que en los últimos tiempos desembocó en una suerte de guerra de guerrillas.
Una de las escaramuzas más coloridas eran las “sesiones de evaluación” después de los partidos. El holandés era tan brutal en sus críticas –“nos crucificaba”, según comentó una fuente a The Guardian”– que los dos jugadores más veteranos, Wayne Rooney y Michael Carrick lo enfrentaron para sugerirle que estaba erosionando la moral del equipo. En una señal de apertura al diálogo y flexibilidad Van Gaal decidió abandonar las rondas colectivas de evaluación y comenzó a enviar mails individuales a los jugadores detallando sus errores, y añadiendo clips de video con las jugadas en cuestión.
A esa altura el deterioro era tal que muy pronto Van Gaal comenzó a sospechar que los jugadores no leían sus mensajes ni veían los videos que iban a parar a la basura. Decidido a que no lo pasaran por encima, el holandés instaló un “tracker” que detectaba si se abrían los mails y por cuánto tiempo. Los jugadores, que crecieron con celulares, Twitter e instagram, neutralizaron con facilidad la maniobra. “Abrían el mail en sus celulares y los dejaban abierto durante 20 minutos mientras hacían otra cosa. Después tiraban todo a la basura”, comentó otra fuente a la prensa inglesa. Entre las instrucciones consideradas francamente “bizarras”, estaba la de prohibir a sus delanteros que pateen de primera una pelota que les llega en el área. Cuando un jugador de la experiencia y talento de Rooney casi se pierde un gol contra Tottenham a principios de temporada, por tratar de seguir sus intrucciones al pie de la letra, los jugadores comenzaron discretamente a desoír la regla de oro.
¿Qué pasará con Mourinho? El primer tema será quién sobrevive en el vestuario. Hay dos teorías. Una es que se viene una limpieza de hasta “el 90%” de los jugadores. Otra es que unos cuantos verán la puerta, otros serán readaptados y mucho dependerá del mercado. El sueco Zlatan Ibrahimovic del PSG sería una de las grandes compras. Abundan los rumores que incluyen al español Alvaro Morata y dos argentinos, Mauro Icardi y Ezequiel Garay. Por su lado, Marcos Rojo y Sergio Romero verían la puerta.
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