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¿Qué Lanús? ¿El que dio la vuelta olímpica en la cancha de Boca o el que la dio en la cancha de River? Boca y River, mirá vos.

De aquel equipo campéon en la Bombonera sobreviven Pelletieri (que ayer no jugó), pero también Acosta, Sand y Velázquez (¡374 partidos con esa camiseta!), que sí lo hicieron. Y más allá de los nombres hay un punto de conexión muy fuerte: el del buen juego, el respeto por la pelota, el toque a ras del piso.

¿Qué Lanús? ¿De qué Lanús hablamos en un día de gloria como este? ¿El que salió campeón ahora, el que se consagró en el 2007 o aquel que había tocado fondo en el ‘77 y ‘78 con dos descensos consecutivos y volvió unos años más tarde para quedarse?

¿De qué goleador de Lanús hablamos? Del Pepe Sand, que metió15 pepas en 16 partidos en aquel campeonato del 2007 o este otro que volvió del largo ostracismo y se consagró goleador del Torneo de Transición cuando muchos decían que era un ex jugador?

¿Hablamos de Lanús del himno ese que dice: “Lanús, grito inmortal de las tribunas se oye tu nombre aclamar. Con amor, con honor saliendo siempre en tus encuentros vencedor”? ¿O hablamos de los cantos de los hinchas que ayer llenaron una de las cabeceras del Monumental y se hicieron escuchar y hasta en algún momento empardaron el duelo de las voces a pesar de la inmensa mayoría de hinchas de San Lorenzo?

¿De qué Acosta de Lanús hablamos? De Lautaro, el Laucha que metió el cuarto gol corriendo como una ratita media cancha. ¿O hablamos de Bernardo Acosta, que jugaba en tándem con Manuel Silva al punto que se ganaron el apodo de “los albañiles” por la cantidad de paredes que levantaban? Eran parte de una delantera que todavía recitan de memoria los veteranos amantes del buen fútbol: Minitti, Pando, Silva, Acosta y De Mario. Salieron campeones de la B en el ‘64. Los albañiles jugaron casi cinco años juntos y dejaron algunos registros históricos: cinco goles de Acosta en la goleada 7 a 2 sobre Quilmes y 4 goles de Silva en un 6 a 1 contra Argentinos Juniors. Pero lo más notable es que los tipos disfrutaban más del último pase que del gol mismo, y algo de eso llegó a verse en el Monumental en algunas jugadas en las que se demoraba el tiro al arco, con un toque y otro más.

¿De qué técnico de Lanús hablamos? ¿De Ramón Cabrero, que les dio el título del 2007? ¿De los mellizos Barros Schelotto, que armaron la base de este plantel actual, o de Jorge Almirón, que le puso su sello a este equipo para que se ganara el reconocimiento unánime como el mejor lejos muy lejos de este campeonato?

¿De que Almirón hablamos? ¿Del DT o de Miguel, el de la velocidad increíble, la gran figura en la cancha de River? Tres paraguayos en el equipo campeón: Miguel Almirón (que metió el segundo gol), Gustavo Gómez, que siempre sale jugando y a veces arriesga y tira un caño (¿Qué caño? ¿Ibagaza?) en la salida, y Víctor Ayala, el de los potentes remates de media distancia que ayer esperó en el banco. El Pelado Díaz sabe muy bien por qué los tiene en su plantel para la Copa América.

¿Qué Lanús? ¿El de Nicolás Daponte, el Nene Héctor Guidi y José Nazionale? Fueron subcampeones en el ‘56 y se los recuerda (absurdo eso de que nadie se acuerda del segundo). Los Globetrotters los llamaban por la forma en que manejaban la pelota. No es casualidad que la cancha de Lanús quede en Arias y Guidi. Y tampoco es casualidad que la corriente histórica llegue hasta nuestros días.

¿De quién hablamos cuando hablamos de Lanús? ¿De Huguito Morales, de Gilmar Villagrán, del Chucho Schurrer, del Negro Enrique? ¿De Lechuga Roa? ¿De la Urraca González? ¿De los que salieron ayer a la cancha? ¿De los que estaban en el banco? ¿De los que permanecen en el recuerdo? De todos ellos hablamos, porque ayer fueron parte directa o indirecta de un título merecido, de una fiesta inolvidable y de un laurel más en una vida de gloria.