LIBROS DE MUCHO(S) PESO(S)
De paseo a Tierra Media
Por Mariana Enriquez
J.R.R. Tolkien quería crear “una leyenda heroica en el límite del cuento de hadas y la historia”. Y para hacerlo se valió de fuentes mitológicas, históricas, literarias, lingüísticas, personales y geográficas. Por supuesto, no hace falta conocer todas las referencias para disfrutar de El Señor de los Anillos, El Silmarillion y El Hobbit, pero rastrearlas puede resultar un ejercicio fascinante, y a eso se aboca El mundo de Tolkien, pormenorizado, sencillo e ilustrativo análisis de analogías, inspiraciones y citas que forman el mundo total de Tolkien –no sólo el de la trilogía– escrito con verdadera devoción por David Day.
Así, el entusiasta puede sorprenderse al saber que, para crear los reinos de Arnor y Gondor, Tolkien se inspiró en los reinos divididos de Roma y Bizancio; o que la célebre Marcha de los Ents es una reescritura de la llegada del Gran Bosque de Birnam a la colina de Dunsiname descripta en Macbeth; o que la Tierra Media está situada en el mundo real: “El escenario de mi historia es la Tierra –explicaba Tolkien–, pero el período histórico es imaginario”. El problema, entonces, no es dónde está Tierra Media sino en qué época.
Otras fuentes son más obvias, como las referencias a Beowulf –la única épica que ha sobrevivido del pueblo anglosajón–, a la mitología nórdica (sobre todo El cantar de los Nibelungos), al ciclo artúrico o La canción de Roldán. Mucho más apasionante es leer sobre la seriedad con que Tolkien se tomaba a los cuentos de hadas –un pasaje de El Hobbit se basa claramente en El sastrecillo valiente de los Hermanos Grimm–, o saber que La Comarca de los hobbits es un homenaje a la aldea de Sarehole donde el autor pasó su niñez, y que la casa de su tía en Worcestershire se llamaba “Bolsón Cerrado”, como la casa de Bilbo. El libro tampoco olvida el trabajo de Tolkien como filólogo y, sin entrar en grandes complejidades, ofrece diversos orígenes de nombres, desde el latín orcus (infierno) para los Orcos hasta la utilización del galés para darle forma a la lengua de los elfos.
El mundo de Tolkien está profusamente ilustrado. Lamentablemente no cuenta con el trabajo del gran Alan Lee –que colaboró en el diseño de las películas de Peter Jackson y en las ediciones ilustradas de El Señor de los Anillos–, pero hay aquí un equipo algo desparejo que incluye a Victor Ambrus, Tim Clarey y Barbara Lofthouse. Una guía exhaustiva ideal para tener a mano a la hora de sumergirse en el más famoso de los mitos modernos.