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Domingo, 8 de diciembre de 2002

RESEñAS

Operetas y otras intervenciones

OPERA BUFFA
Edgardo Cozarinsky

Selecciones de Amadeo Mandarino
Buenos Aires, 2002
28 págs.

POR ARIEL SCHETTINI
En una prosa ágil y humorística, pero también colmada de nostalgia, los tres cuentos que integran esta Opera Buffa de Edgardo Cozarinsky se inscriben, al mismo tiempo, en otros géneros. Los dibujos animados, el thriller, el documental y los relatos criollistas se aúnan para transformar en el material con el que se juega en tramas que siempre están entre el absurdo y la precisión con la que un niño desarma un juguete para descubrir sus mecanismos.
Se trata siempre de un narrador cómplice y pícaro. No en vano en sus comienzos Cozarinsky escribió sobre el chisme como la matriz del relato novelesco (en “El relato indefendible” y El laberinto de la apariencia). Pero el chisme, además, exhibe la idea de que hay un abismo entre la realidad y la apariencia o entre la aparición pública y las miserias privadas de los personajes. En todos los casos esa chismografía, que da origen al relato y que se entrama con la sordidez revelada de la novela policial, trabaja siempre sobre personajes que son públicos, que son casi datos de la cultura del presente y que ocultan una verdad “inconfesable”. Entre la confesión de lo oscuro y la denuncia de lo patético se construyen estos relatos de Opera Buffa. Por eso, para Cozarinsky (en sus relatos y en sus películas), “desenmascarar” es uno de los motores fundamentales de la narración. Pero, por las mismas razones, encontrar la verdad del relato supone la ironía y el desencanto.
Al mismo tiempo, como muchos de sus otros relatos (Vudú urbano, por ejemplo, que acaba de ser reeditado por Emecé), esta obra de Cozarinsky conserva una mirada cinematográfica que le permite “leer” el cine en la literatura y mostrar la narración como un diálogo constante con la imagen. No en vano se trata del autor de un libro fundamental sobre la obra de Borges, Borges y el cine, que analiza y compila la crítica cinematográfica de este autor y las repercusiones del cine en su obra literaria. Algo de la “infamia” borgeana pervive en esta Opera Buffa.
El libro forma parte del catálogo de Selecciones de Amadeo Mandarino y se puede comprar por Internet (www.mandarino.com.ar). La colección incluye, además de ésta de Cozarinky, otras joyitas. Entre ellas, La comidilla de todos del joven poeta Ainbinder, cuyos versos son más que desopilantes, son monstruosos, y llevan algo de pequeño relato incluido en cada poema.
Además hay dos volúmenes dedicados a los pueblos originarios de la Argentina. En Las mujeres indígenas de la Pampa y la Patagonia y en Cazadores de Plumas, Norma Sosa cuenta (munida de una abundante bibliografía, en una investigación que se revela interesantísima) costumbres y anécdotas de personajes fundantes de nuestro país. Los dos libros contienen también material iconográfico de los protagonistas de la investigación.
En la colección constan también dos libros de Jorge Aulicino: Las Vegas y Hacia el mal. Uno es un viaje turístico y espantado por la ciudad de Las Vegas en el que cada poema construye un edificio de la ciudad y, la totalidad del libro, una especie de “estado Las Vegas” del espíritu. El otro es una larga reflexión encadenada sobre el mal, en la que se refieren tanto los objetos como las acciones y las percepciones que provocan laidea del mal. En él se reúne lo sagrado y lo profano, lo cotidiano y lo satánico, para generar una atmósfera que permite ser percibida como un “ambiente maligno”.

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