Dom 20.04.2003
libros

ENTREVISTA

El arte de la posibilidad

Marta Díaz, directora de Ferias de la Fundación El Libro, explica los criterios que tuvo en cuenta a la hora de planificar la Feria de la crisis.

POR MARTIN DE AMBROSIO
La Feria del Libro no se propone revolucionar su campo específico. Como la crisis está programada en función continuada y la decadencia o la caída (no sólo cultural) es también continua, la consigna parece ser “nada mejor que la cordura y no dar pasos hacia atrás”. La idea es seguir en el terreno de lo posible, con cierta resignada aceptación de las cosas: mantenerse es avanzar. Es que tal vez la crisis determine la falta de innovación, y coloque a los cambios radicales dentro de lo impensable: no hay recursos, no se puede, no tenemos con qué, todo podría ser peor, resistamos. Hace dos años, la Feria estuvo a punto de quebrar y sólo el auxilio de la Ciudad de Buenos Aires, que transfirió medio millón de dólares a sus arcas, la salvó de la desaparición. Hoy la situación es todavía más crítica porque nadie sabe si el libro tiene futuro en la Argentina.
Marta Díaz, hoy alma mater de la Feria, conoce la organización desde sus comienzos: trabaja para la Fundación desde hace veintinueve años y desde hace doce es su directora. Los cambios que ella haría, si pudiera, son cuantitativos: “Yo haría una feria más grande, con más expositores, con más salas de actos, pero eso significa más dinero. Hay cosas que se pueden modificar, pero todo pasa por lo económico, y éste no es el momento de hacer grandes modificaciones. No les podemos exigir más a los expositores”. También le gustaría una feria temática, ordenada por sectores, pero eso tampoco se puede.
“La Feria mejora todo lo que puede mejorar en un contexto absolutamente regresivo. Y lo hace lo mejor posible. En este momento de crisis, mantenerse ya es crecer.”
Marta Díaz jura que no sabe a qué se refieren cuando acusan a la Feria de tradicionalismo: “Si tomamos los programas de actividades, se puede ver que tenemos pluralidad de personas, de ideologías, izquierda, derecha, convive el pensamiento de avanzada con el tradicionalista. Tratamos de que nuestros programas culturales estén actualizados. El año pasado incorporamos cosas como el maratón de la lectura que se hizo con el Martín Fierro y que este año será con cuentos de Cortázar”. Si la innovación no tiene éxito (de público), se descarta.
En ese contexto en el que el futuro es –si tenemos suerte– mera repetición, la nostalgia por otros momentos mejores se hace presente. Casi no podía ser de otra manera. Sin embargo, hay sorpresas: para Marta Díaz, una de las mejores ferias fue... la del 2002, en medio de numerosas calamidades, con presidentes volátiles, dólar in crescendo, inflación y pobreza en aumento. ¿La famosa resistencia cultural? “La Feria fue muchísimo mejor de lo esperado. Yo diría que en muchos aspectos, como la cantidad de gente, fue de las mejores. Y las ventas de los expositores fueron buenas, porque se pusieron a tono, bajaron los precios y les fue mejor. El año pasado en esta época no había efectivo, prácticamente se habían cerrado los bancos, y lo que pensábamos que iba a ser una Feria difícil, o con poca gente, se destapó como algo espectacular. Yo pienso, y todo el mundo coincide, que fue el modo de encontrarse con otra cosa, con la cultura, con la educación, con los escritos, un hálito de frescura contra la situación agobiante.”
Puesta a recordar, Díaz llega hasta su feria preferida. “La Feria de 1986, dedicada a la ciencia y la tecnología, fue sensacional, irrepetible. Tuvimos a tres premios Nobel y a toda una verdadera constelación de científicos y filósofos, vinieron James Watson (uno de los codescubridores de la estructura del ADN), el físico Carlo Rubbia y estaba Federico Leloir en la Comisión Organizadora, junto con Manuel Sadosky y René Favaloro. Nunca una Feria me emocionó tanto como ésa.”

Políticas culturales
Durante varios meses de este año se llevó a cabo en el mismo predio de La Rural un outlet en el que se vendían, entre otras cosas, libros a precios más bajos de los que ofrece el mercado. A Marta Díaz le parece que eso no perjudica para nada a la Feria, y ni siquiera se van a preocupar si inmediatamente después de la Feria continúan las ventas del outlet. “La Feria tiene otro estilo, yo no fui a ver el outlet, pero creo que no hay comparación posible. Los libros están mal ordenados... no es lo mismo un outlet de zapatos que una zapatería.” Y agrega: “Yo no dudo que todos los esfuerzos para que el libro llegue al alcance del público son loables, lo que pasa es que cada uno tiene su forma de actuar, o lo que considera sus políticas. La Feria del Libro no es solamente para vender libros, es un hecho cultural y la prueba son los 700 actos culturales que tenemos en 18 días. Y esto no se hace en otro lugar. No estamos sólo vendiendo libros, todo lo que se hace en la Feria está cuidado al detalle, las actividades para los chicos, jóvenes, espectáculos, talleres, cursos. Nosotros vamos a seguir siendo fieles a nuestro estilo”.

Lo que vendrá
A Borges le gustaba decir que si el libro de cabecera de los argentinos fuera el Facundo y no el Martín Fierro, el destino del país sería otro. Marta Díaz está de acuerdo con el enunciado y recuerda las críticas que recibió el año pasado por la elección de la obra de José Hernández (“que sigue siendo un escritor emblemático”) para el maratón de lectura. A propósito de estas discusiones sobre el entrecruzamiento entre los libros fundantes de la nacionalidad y aquellos que no tuvieron tal responsabilidad, la Feria 2003 adoptó como lema “Los argentinos y los libros”, bajo el cual se harán una serie de siete encuentros. “Nos pareció que era adecuado”, resume la organizadora, “reflexionar sobre la relación entre los argentinos y los libros, contraponiendo libros que versan sobre un mismo tema y sin embargo son tan opuestos”.
Además, para alegría de la Fundación, este año la Feria tiene nuevos expositores, y vuelven a participar países que se habían ido, como Alemania, alarmados por los elevadísimos costos de los espacios. “La Feria está bien; es más, tenemos demanda de espacio, como en los buenos y viejos tiempos. Los expositores están haciendo buenas cosas, creo que va a ser una Feria visualmente muy atractiva. Tenemos una sala más, porque hemos usado el Rincón de la Lectura, en el hall central, porque la demanda de actos es muy grande. Hay países, provincias e instituciones culturales varias, tenemos un patio infantil con juegos, habrá actividades para adolescentes, talleres, navegación en Internet, cursos, diálogos. Como invitados extranjeros destacados tendremos a Claudio Magris, Vargas Llosa y Baltasar Garzón. La Feria se va a lucir este año, estará muy completa, y repite el diseño del año pasado, que favorecía la circulación.”

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