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Sábado, 11 de octubre de 2014

ATRAPADOS POR EL DESEO DE SABER

La doble ausencia, del escritor rosarino Javier Núñez, fue ganadora del Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo, de México. Propone una inquietante indagación sobre la identidad a partir de un hijo que sigue las huellas de su padre con un código de rigor realista.

 Por Andrés Tejada Gómez

Saber qué es una identidad ha sido siempre una tarea compleja. A veces imposible, y por lo tanto adquiere la perturbadora forma de la incógnita. Una pregunta arrojada al basurero de la historia que parece no tener resolución. La búsqueda y su desencuentro se inscriben en buena parte de la historia de Occidente. Tal vez desde que los hombres pudieron erguirse, caminar como bípedos y emitir símbolos, se han estado preguntando sobre quiénes son. O cómo actuar en el teatro cotidiano de la existencia. Según cierta concepción que se pretende hermenéutica de la humanidad, la relación que establecemos con nuestros padres se abre como fundamento para nuestra vida adulta. Salvavidas o barco a la deriva. Y por lo general allí sucumbimos, como peces fuera del agua.

Muchos años después de la inesperada y trágica muerte de su padre, el narrador-personaje de La doble ausencia descubre un diario íntimo y una foto que lo llevarán a tratar de encontrar un sentido último a ese misterio personal. Decide abandonar a su madre y hermanas, que viven en un caserón en el barrio de Caballito, y lanzarse a una aventura que lo llevará hasta el límite de la experiencia.

La doble ausencia es una novela familiar que va mostrando y ocultando sus diversas aristas, con una habilidad sorprendente para desarrollar con soltura la acción narrativa. Un joven estudiante de abogacía, ligado de soslayo a la escritura, descubre por azar que la existencia de su padre –un olvidado escritor de provincias– tiene una extraña capa de engaño en la que un brutal amor con una adolescente sensual, el imposible anhelo de publicar una novela en una editorial que está a punto de quebrar y un grupo de amigos con los cuales mantiene una extraña relación, se cruzan como destino con telón aciago. El narrador-personaje va a ir mutando, transformándose hasta alcanzar el límite de la supervivencia. Los efectos colaterales del pasado van a ir diagramando su presente como una inaudita caja de Pandora.

Con apenas unos pocos datos, una intuición oscura y la necesidad de descubrir la verdad, se moviliza hacia ese extraño terreno que suele ser la memoria. Compacta, de pasos firmes, con una acertada capacidad para mantener al lector alerta, la trama de la novela se construye con una aparente facilidad que en realidad cristaliza un cúmulo de procedimientos precisos. Novela de pulso realista, se sostiene a partir de guiños contundentes y eficaces. La construcción de muchos de sus personajes –Fonseca, Sofía, el propio narrador– se ajustan con certeza, estableciendo un prototipo social-psicológico digno de atenta mención.

Sebastián Fonseca, el hijo del Fonseca escritor que ha desaparecido sin dejar rastro, viaja hasta Rosario para encontrar a la Sofía adolescente que su padre había cortejado con tanta ansiedad. También él caerá en los brazos del Saber –Sofía en griego significa “saber”– como su padre y no podrá encontrar en ella la totalidad de lo deseado. También aquí se puede pensar otro sentido para el título de la novela: la doble ausencia de esta mujer en estos hombres. El amor desplegado como un virtuoso mapa del desasosiego.

La novela no es solamente la atractiva ficción que busca remover una identidad –la del narrador-personaje–, rearmar una existencia –la del padre– ni la biografía de un autor secreto que merece ser rescatado del ostracismo que ha impuesto la desatenta lectura de su obra; es además una crucial historia donde el pasado y el presente, junto a la reflexión sobre el amor y al práctica dolorosa del amor, son narradas con sensible vigor. La desesperada búsqueda por parte del narrador de la figura de su padre lo va a llevar a involucrase en todo tipo de experiencias inauditas, donde el continuum narrativo no se ha de quebrar con los postulados de verosimilitud que impone una literatura de acento realista. Sus acciones múltiples transcurren en una ciudad de Rosario que cobra dimensión fantasmal, debido a cierto aire de policial intimista, donde las pistas que ha ido dejando el padre-escritor muerto se leen tanto en clave personal como política. La trama de La doble ausencia, como una elegante cinta de Moebius, parece estar constantemente ligada al comienzo incesante de lo inconmensurable.

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La doble ausencia. Javier Núñez Eduvim 150 páginas
 
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