Dom 27.04.2003
libros

ENTREVISTA

Elogio del multiculturalismo

Mauricio Crespo edita a escritores y artistas plásticos desparramados por todo el Tercer Mundo y sus ediciones usan la horma norteamericana (los picture books) pero con un contenido cultural tercermundista (latinoamericano o asiático) y se niega a ceder en sus principios, proponiendo “información contrahegemónica” para la mejor educación de los niños del mundo. Un proyecto político interesante del que Radarlibros conversó con su gestor, por primera vez presente en la Feria del Libro.

Por Martín De Ambrosio

Hace cuarenta años, el docente brasileño Mauricio Crespo, casi de casualidad, fue enviado por el gobierno de su país a Japón. Allí fundó Shinseken en 1968. Durante diez años se dedicó a publicar en japonés obras latinoamericanas clásicas, y hacia 1979 se orientó definitivamente a la edición de libros infantiles-juveniles. Crespo vino ahora a la Feria del Libro argentina, y su stand se luce con japonesas que hacen origami y está contento porque en su primer día de Feria un grupo de bibliotecarios de Estados Unidos le compró 700 libros. “Ahora estamos con estas dos líneas de trabajo multicultural. Por ejemplo, publicamos los libros de Horacio Quiroga en cuatro lenguas (español, portugués, japonés e inglés) y también tenemos un trabajo muy interesante de leyendas folklóricas regionales.”
¿Cómo se hace para ser una “editorial multicultural” en medio de lo que se ha dado en llamar “globalización”?
–Cada vez que oigo esa palabra me quedo preguntando “qué se entenderá por globalización”. En febrero estuve en el Amazonas con un conocedor de las culturas locales y él decía que el Estado se había americanizado mucho, “ya no somos nosotros” se quejaba. Yo le decía que eso era inevitable, no se puede construir en el Amazonas una Muralla China. En Estados Unidos, las escuelas, las bibliotecas, están muy interesadas en nuestras culturas. Nuestros libros intencionadamente siguen el estilo, el modelo americano de hacer libros infantiles. Pero es nuestra cultura, son nuestros artistas, son nuestras historias, nuestro mundo. De la misma manera que nosotros recibimos a Walt Disney, ahora vamos a llevarles nuestro gaucho.
¿En qué consiste la política multicultural de Shinseken?
–Lo que yo intento hacer es llevar la cultura de los países “emergentes” a los países “emergidos”. Por ejemplo, en Londres se me presentó una señora de Irlanda que quería de todas maneras que le publicara su libro, y yo le dije que no, que no podía aceptar. En cambio, en Tailandia, China o Filipinas hay muy buenos artistas pero no tienen editoriales, y yo me postulo para hacer ese trabajo. Entonces le dije que me disculpara pero no podía aceptar publicarla. A la media hora de partida esta escritora irlandesa cae un escritor turco y me propone publicar: lo recibí con los brazos abiertos.
¿Cómo logran mantener la independencia en una época como ésta de una notable concentración de capitales (que por cierto no es exclusiva de la industria editorial)?
–La respuesta es que nadie puede hacer lo que yo hago. En Japón no hay ninguna persona como yo, con la experiencia que yo tengo de dos mundos. Y después, la preocupación y el interés cultural, porque yo soy originalmente un docente universitario. En muchas editoriales sólo existe el interés comercial, pero no es mi caso. Las editoriales norteamericanas tienen muy buenos libros sobre Amazonas, sobre México pero son hechos y vistos con ojos estadounidenses.
¿Qué características especiales tiene el público infantil que hay que tener que cuenta al momento de editar los libros, además de copiar esa horma de los picture books?
–Nuestra preocupación al publicar es darle al niño una visión mundial, internacional, por eso de que el mundo se torna cada vez más chiquito. Esto en Japón es llamado “educación internacional” y procuran hacerlo cada vez más. Este es el secreto de nuestro éxito. Los niños, leyendo nuestros libros, conocen nuevos mundos, hacen nuevos descubrimientos. Eso es importante, un hombre con una mentalidad universal.
¿Qué le parece Harry Potter?
–Mire, sinceramente, no me interesa esa clase de libros. Son libros simplemente para diversión, amusement como dicen los americanos. Nosotros nos preocupamos por los libros que quedan, no por libros que tienen un éxito muy grande y después desaparecen. Esos libros (como los de Rowling) no me gustan, no tienen profundidad, son simplemente libros-pasatiempo. Me gustan los libros que le digan algo a su corazón o a su mente.

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