NATALIA VINELLI
Con un importante trabajo de rescate de fuentes, consulta de archivos y testimonios directos, Natalia Vinelli recorre las potencialidades, dilemas y avances de una televisión alternativa y popular desde los años ‘80 a la actualidad.
› Por Sergio Kisielewsky
La manifestación que avanza por Rivadavia, se hace de noche el 19 de diciembre de 2001 y un hombre muere baleado en la escalinatas del Congreso y otro es asesinado el día 20 en Sarmiento y Cerrito, los cuerpos de los jóvenes también caen sobre la Avenida de Mayo como también sucede en Rosario, bajo la represión y el estado de sitio. En ese contexto nació, con parto sangriento, luego de varios intentos de concretarla en los 90, la comunicación plebeya audiovisual, para construir una agenda de contra información que diera cuenta de que muchas cosas cambiaban en el país para siempre. La periodista y docente de la UBA Natalia Vinelli, especializada en temas históricos y actuales de comunicación popular y alternativa, analiza una etapa que se inició con canales de aire privatizados, la expansión de la TV por cable y el video hogareño junto a las nuevas tecnologías. En medio de esa adversidad se crea el primer canal de televisión comunitaria en Alejandro Korn, provincia de Buenos Aires. Ya desde mediados de la década del ochenta el antiguo Comfer se encargaba de decomisar allanar y clausurar radios de baja potencia pero aún así comienza la dinámica propia de los medios alternativos de comunicación siempre en el medio del fragor de las luchas sociales en busca de una estética propia con nuevos paradigmas para dar noticias y con la labor tesonera de las radios barriales.
Sorprende entonces que el trabajo de Vinelli ofrezca al lector tanta variedad de material bibliográfico en base a entrevistas, búsqueda en los archivos de medios gráficos y audiovisuales. Sorprende también que en 2004 luego de la tormenta social y política se forme la Coalición por una Radiodifusión Democrática que con sus 21 puntos de derecho a la comunicación sirvió de base para que el Parlamento de 2009 sancione la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En el inicio del siglo 21 la Red de Medios Alternativos plantea la liberación del habla de los sectores sociales más vulnerables que al tomar la palabra como suya dicen y explicitan en qué sociedad quieren vivir.
En este contexto, la autora estudia cómo se disputa la agenda que es en definitiva la pelea por el sentido dominante, y para su trabajo nada mejor que tomar como guía a Pierre Bourdieu quien consideraba el segmento publicitario y el rating de la TV como parte de la información que se ofrece. En el enfoque alternativo con todos sus matices se encaran y se proyectan nuevas relaciones sociales, se empuja al periodismo como nueva intervención política con el horizonte puesto en las transformaciones estructurales. En el libro se afirma que entre 1987 y 1999 existieron 3000 emisoras radiales y 200 canales en grandes y pequeñas comunidades que impulsaron la actividad periodística y se conforma también la Asociación de Televisoras Comunitarias (Ateco) como estandarte y lugar de pertenencia de una nueva época. Cabe nombrar los siete años en el aire del canal 4 Utopía que funcionó en un departamento lindante al viejo shopping del barrio de Caballito, se instalaron equipos y antenas en las terrazas de las casas y comenzaron a hablar los vecinos, y los que nunca tuvieron voz, expusieron sus problemas y sus urgencias.
La experiencia alternativa audiovisual y radial fomentó y dio marco a una nueva base social donde la rebelión y también las propuestas estaban a la orden del día; de alguna forma, según analiza Vinelli, se volvía a la política a través de los medios alternativos. El portal Indymedia, el cine Insurgente en Claypole, el Canal 4 Darío y Maxi en Avellaneda, los Grupos Alavío, Boedo Film, Canal 5 Barricada TV que funciona en la fábrica autogestionada IMPA, TVPTS, Canal 3 de Moreno, Antena Negra en el ex Banco Mayo a pocas cuadras del Cid Campeador, la Olla TV, son algunas de las televisoras que jugaron y juegan un papel destacado en la exposición del conflicto y si bien lo alternativo implicó un desgaste en relación a la fuerza enfrentada, la marca fue indudable. A la vez replanteó la especialización y perfeccionamiento imperioso para los que realizan una comunicación que haga visible lo invisible, que se mixture también las experiencias de décadas anteriores, los cambios en la prensa partidaria de los partidos de izquierda y las experiencias venezolanas de la TV popular y en especial el legado de Santiago Alvarez, creador del noticiero de contrainformación cinematográfica en los albores de la revolución cubana. La necesidad de estudiar los medios, la valoración de lo cotidiano en vez de lo excepcional, genera nuevos lenguajes y nuevas preguntas.
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