El extranjero
Songbook
Nick Hornby
McSweeney’s Books
San Francisco, 2002
148 págs.
Incluye un CD con 11 de los 31 temas comentados
Si uno ama las listas como género en sí –leer los efectos secundarios de una droga, el catálogo de las piezas exhibidas en un museo, los pasos a seguir en un aterrizaje de emergencia, con ilustraciones incluidas– estará interesado en Songbook, el “libro-lista” que escribió Nick Hornby.
Ya no se trata de los top five de Alta Fidelidad, su primer libro hecho película. Songbook es un librito con las canciones que ama. “Y eso exige una disciplina dura”, escribe, “porque uno tiene más opiniones sobre lo que está mal que sobre lo que es perfecto”.
Una canción perfecta es un buen augurio. La noche que Hornby presentó Speaking with The Angel –una antología de cuentos que recopiló con la idea de recaudar fondos para la escuela de niños autistas a la que asiste su hijo–, la gente de la escuela, los de la editorial, su socio y él mismo estaban realmente nerviosos por el resultado del evento. Habían preparado una mezcla de música con lecturas que no sabían si funcionaría. Temían que fuera un fiasco. Entonces sonaron los acordes de “Your Love Is the Place That I Come From”, tocados por Teenage Fanclub, que interpretaban un set acústico. La música trajo la belleza y el brillo para transformarlo todo en una gran noche. Hornby dice que cada vez que escucha esa canción aparece aquella noche y la sensación de que nada malo puede suceder.
“Pensé que estos ensayos estarían plagados de conexiones de tiempo y lugar”, reflexiona. “Pero si uno ama una canción y la escucha en diferentes estados de la vida, va perdiendo recuerdos específicos”. Así las canciones que uno más escuchó recuperan su peso específico, no refieren más que a sí mismas. “Si escuché `Thunder Road’ de Bruce Springsteen en 1975, en la habitación de una chica, podríamos presumir que, al escucharla nuevamente, recuerde el aroma del desodorante de la chica. Pero no es así. Lo que pasó es que, como la escuché tantas veces, `Thunder Road’ sólo me recuerda a `Thunder Road’.”
Hablando de “I’m Like a Bird” de Nelly Furtado, Hornby celebra la esencia de la canción pop: ser escuchada mil veces durante un corto período de tiempo y después olvidarla para siempre. “Siempre le estaré agradecido por crear en mí una necesidad narcótica de escucharla de nuevo, y de nuevo y de nuevo”.
“Empecé a escribir Un buen chico al mismo tiempo que mi hijo Danny fue diagnosticado autista”. Damon Gough compuso “A minor incident” para la película Un buen chico –Vos sos el que siempre se destaca en la multitud, Aunque a veces tu cabeza está en una nube, No hay nada que puedas hacer nunca que me desmorone–. Los niños autistas son los más soñadores, Danny siempre sobresale en la multitud, ya sea porque roba un paquete de papas fritas o porque intenta desnudarse en un colectivo. Los niños autistas despiertan amor incondicional y deseo de protegerlos toda la vida. “Escribí un libro que no era sobre mi hijo”, declara Hornby. “Después alguien escribió una canción basada en un episodio de mi libro que significó algo mucho más personal para mí que mi propio libro.” El dinero que vino de Hollywood lo hizo tomar conciencia de su propia muerte. Su niño, que no puede hablar ni leer, tendrá una cuenta en el banco cuando su padre muera. Pero más que el dinero, lo que lo inspiró y aumentó su deseode seguir escribiendo fue la esperanza de producir en otros lo que la canción produjo en él sin parar la rueda del fluir del arte.
La lista avanza con “Mama, You Been On My Mind” de Bob Dylan, interpretada por Rod Steward; “Rain” de The Beatles; “Born for me” de Paul Westerberg; “Late for the Sky” de Jackson Brown; “Pissing in a River”, de Patti Smith. La lista sigue, son treinta y una canciones en total. Es una lista caprichosa, anti-profesional, completamente amateur. Y eso es parte del interés, más allá del entretenimiento de la enumeración en sí.
Cecilia Szperling