MUJERES QUE ESCRIBEN
Casa de muñecas
LA TERCERA CIUDAD
Norma Pérez Martín
Buenos Aires
Francachela, 2003
144 págs.
› Por Jorge Pinedo
Así como la narrativa se rehúsa a aferrarse a la rigidez de su borde interno, el diccionario, tiempos y etapas de la vida evaden la moral del registro civil que las recluye en la escala numérica del almanaque. Una cronología libidinal traza las vicisitudes de la existencia haciendo usufructo de momentos que dejan alguna marca. Amores y desilusiones, encuentros y pérdidas, rápidas avenidas y vías truncas, muerte y sexualidad sirven a la evocación más que fechas y calendarios. Enlaces del recuerdo que hacen a la estrategia del racconto catapultan a cada quien a habitar el presente. Carta de ciudadanía de la memoria, el acontecimiento, en su enlace con los que le anteceden y le siguen, se resume en emoción, experiencia vivida, tal vez algún saber.
De tal fibra están erigidas las tres ciudades que funda Norma Pérez Martín para que Francisca Sánchez las recorra, las explore y, finalmente, las habite a la vera de una Buenos Aires en la que una madre se escabulle al ritmo del coro que integran tías conservadoras, mucamas, estudiantes, militantes, vivillos: el siglo XX.
Urbes sucesivas, la fundacional “cobijó la infancia y los asombros. En la segunda, la juventud abrió compuertas para sueños y abismos. En ese territorio, cruzó diagonales, escurridizos placeres, ímpetus surgidos como oasis. Llegó la tercera ciudad, la de los recuerdos y retornos transfigurados. Entre el deterioro y los fantasmas, la ciudad crece. Castillo de naipes hacia un futuro que nadie divisa claramente”.
Novela blanca, sin designar sexo ni sangre, La tercera ciudad transcurre en frases cortas en las que se atraviesa de forma sutil la puntuación poética, la construcción gramatical latina con el verbo de postre o el núcleo del sujeto en el remate. Estilo acorde a la atmósfera de una burguesía inmigrante, produce una cadencia narrativa lejana a cualquier vanguardia allí donde conserva un lirismo cauto, sosegado, implacable: “Por esa ventana del dormitorio, custodiada por el jardín, se mantuvo excepcionalmente idéntica, sin variaciones ni conflictos”. Acción y escritura trazan una alianza destinada a desandar los senderos del lenguaje y abrir así el camino a esos signos entrañables que materializan el tiempo: Las Dos Carátulas, Niní Marshall, las “siervas”, Gath & Chávez, La bien pagá, la Singer, el organdí, las boîtes, el asilo de Recoleta, Los Gobelinos, La Piedad, Marilú, “ni yanquis ni marxistas”, el horror, un deseo donde “nadie será capaz de torcer itinerarios”.
Con once poemarios publicados, dos libros de narrativa y otros tantos de ensayo, Pérez Martín renueva su oficio con el relato de esa mujer que busca entre tías viejas, amigos nuevos y clases sociales móviles. Francisca Sánchez encuentra su historia y su destino en una vieja foto traída por un amor ajeno y La tercera ciudad construye su presente al modo de la catedral romana que encierra en sí misma los templos que la precedieron. Allí continúan viviendo fieles y herejes, sacerdotes y apóstatas aunque, como de Buenos Aires se trata, por sobre todo, civilización y barbarie. Juntas.