EN EL QUIOSCO › RESEÑAS
Lo que vendrá
EL ASEDIO A LA POLITICA
LOS PARTIDOS LATINOAMERICANOS
EN LA ERA NEOLIBERAL
Marcelo Cavarozzi y Juan Manuel Abal Medina (comps.)
Homo Sapiens
Rosario, 2002
512 págs.
POR DANIEL MUNDO
¿Qué es la política? La manera en que una sociedad se organiza y administra su cosa pública. O también, para decirlo con Giorgio Agamben: una forma de vida, la forma en que la irreductible singularidad de los individuos asume los problemas comunes. O también podría imaginársela de otro modo, concibiendo la política como el diálogo y las negociaciones que se dan entre los partidos políticos. Los políticos, en este caso, serían una nueva especie de aristócratas, una clase particular de hombres que los partidos tendrían la tarea de educar para que, en un futuro, se puedan hacer cargo de tomar decisiones y gobernar.
El libro recopilado por Marcelo Cavarozzi y Juan Manuel Abal Medina, El asedio de la política, aboga por esta tercera forma de entender el saber político. Las preocupaciones centrales del libro son los partidos políticos y el sistema en el que estos partidos se ponen en juego. No habría política por fuera de los partidos. Los partidos son, en la época moderna, la pieza clave que posibilita el diálogo entre las demandas y exigencias de la comunidad, y los proyectos implementados desde el Estado. Los partidos, sea cual sea su tipo (el carismático, el populista, el oligárquico, etc.), entran en juego en un sistema más o menos estable que se va consolidando con los años. Un sistema democrático necesita de esta estabilidad, y necesita también de cierta flexibilidad para poder acompañar las transformaciones económicas y sociales que va viviendo la sociedad.
En gran parte de Latinoamérica este sistema fue puesto en crisis a lo largo de toda su historia por distintos regímenes autoritarios. En estos países, como en aquellos otros que tienen una tradición política más estable (Venezuela, por ejemplo), desde hace veinte años viene tratando de imponerse la lógica neoliberal. Esta lógica de dominio no se presenta de igual forma en todos los países. Por ello es pertinente comprobar cómo se implementó en cada país en particular, y qué consecuencias acarreó. En la primera parte de El asedio a la política se construye el esquema conceptual que será utilizado, como un fino telescopio, en los ensayos que integran la segunda parte. Estos ensayos de análisis intentan mostrar las series y las peculiaridades que tuvieron las políticas neoliberales en los distintos países de la región.
El neoliberalismo atenta contra los principios mismos de la acción política: por un lado, desmonta el lugar que ocupaba el Estado en los países latinoamericanos, convirtiendo a éste en un ente que tan sólo debe garantizar su propia anulación (recordemos que uno de los conceptos teóricos elaborados por Cavarozzi, y que sirve para entender a las sociedades latinoamericanas, es el de “matriz Estado-céntrica”); por otro lado, corta los lazos societarios que tejen la vida de la comunidad. La afectividad política fue reemplazada por la preocupación económica: como ya lo había visto Carl Schmitt hace más de setenta años, la economía se convierte en el campo en el que se decide la lucha política. La Argentina, en esto, es un caso ejemplar. Sus crisis económicas encubren pedagogías políticas. Y las pujas políticas no consiguen consolidar alternativas económicas. Los cimientos políticos de la Argentina fueron sacudidos y resquebrajados. Los acontecimientos que provocaron este cimbronazo han abierto, por cierto, un panorama imprevisible. Por lo pronto, no se vislumbra que el sistema de partidos haya salido fortalecido. Si bien es verdad que en la década del noventa el bipartidismo tradicional fue puesto en entredicho por una tercera fuerza política, que alcanzó imaginaria y realmente lugares de poder, hoy, de esa presunta apertura pluripartidista no ha quedado nada. Por el contrario, el sistema fue deglutido por uno de sus partidos tradicionales, el peronismo, y es entre sus propias fuerzas, como fieras insaciables, que se dirime el proyecto político del país. Pareciera que sólo el peronismo hubiera aprendido las lecciones que permitirían gobernar con algún éxito la lenta decadencia de un Estado dependiente. Como plantean Cavarozzi y Esperanza Casullo en la introducción del libro, es de esperar que la experiencia política madure, y haga que los hombres y mujeres, en lugar de intentar continuamente comenzar de nuevo, aprendan de su historia, e intenten mejorarla.