Domingo, 15 de octubre de 2006 | Hoy
NOTICIAS DEL MUNDO
El instituto Cervantes, cuya presencia en 38 países requiere un presupuesto de 70 millones de euros, acaba de estrenar su nueva sede en el edificio de las Cariátides, como popularmente se lo conoce. Se trata de un inmueble de Madrid construido en la década del ’10 para albergar al Banco Español del Río de la Plata y que, en la segunda mitad del siglo XX, acogió las oficinas del Banco Central y Central Hispano. Este nuevo edificio se convirtió en el buque insignia del Instituto Cervantes, su “primera sede verdadera”, aclamó ayer César Antonio Molina, director de esta institución que tiene 15 años de historia. Molina siguió argumentando que “este lugar no será solamente un centro cultural sino la sede de una institución cultural y educativa que actuará como pulmón y corazón de los centros repartidos por todo el mundo”. A la inauguración de la nueva sede, de 18.000 metros cuadrados y proyectada en 1910 por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, asistieron los reyes y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Molina aseguró que al Instituto Cervantes no le ha costado un euro su traslado a este inmueble porque se encontraba totalmente acondicionado por el banco que lo ocupó hasta su cierre definitivo hace cinco años.
Por otra parte, el Cervantes está por abrir cuatro nuevas sedes en Brasil (Brasilia, Bahía, Porto Alegre y Curitiba), y otras en Tokio, Nueva Delhi, Seúl y Sydney; además de proyectar la apertura hacia algunas ciudades europeas como Oslo, San Petersburgo y Francfort.
Con su cumpleaños número 21, celebrado en el Queen’s Theatre de Londres, el montaje de Los miserables se transformó en el musical con más tiempo en cartelera del mundo. Y para conmemorar el record y la ocasión, la orquesta de la BBC se unió a los miembros del reparto para poner música a la función de gala, en la que participaron además algunos miembros del equipo inicial. Dirigido por Trevor Nunn y John Caird, Los miserables se estrenó en Londres en el teatro Barbican, aunque dos meses después se trasladó al Palace Theatre, donde permaneció hasta el 3 de abril del 2004, cuando se lo llevó a su recinto actual: el Queen’s Theatre. Lo notable es que cuando el musical de Victor Hugo –basado en las desventuras del ex presidiario Jean Valjean– se estrenó en Londres, pocos críticos le auguraron un futuro longevo a la obra, tal vez por representar acontecimientos históricos tan complejos como la batalla de Waterloo y la caída de Napoleón, la Restauración y la Revolución de 1830. Sin embargo, el público se hizo notar y hasta el sábado pasado la obra fue vista por 54 millones de personas en todo el mundo. Por otro lado, Cameron Mackintosh, su productor, está planeando llevarla a China.
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