Lugar comun

La mejor forma que encontró Fernando Vallejo para promocionar su nueva novela El don de la vida en la ciudad de México, donde reside, fue salir a decir, a los 67 años, que “lo único que me interesa es mi muerte porque no le veo ninguna razón a la vida, además no estoy seguro de que esté muy vivo porque uno se muere de a poquito. Tal vez la muerte sea la única forma de renovar la literatura”. Lo mejor vino cuando un periodista agudo le recordó que Juan Rulfo “puso a hablar a los muertos en Pedro Páramo”, a lo que Vallejo respondió, inmediatamente, que “en Colombia siempre vamos más lejos que en México, porque nosotros no escribimos libros sobre muertos, sino que escribimos libros los escritores muertos” .

Matematica... ¿estas ahi?

Según un libro reciente que indaga las relaciones entre las matemáticas y algunas emblemáticas obras literarias, Cervantes tendría grandes conocimientos o grandes facilidades para números, ecuaciones y cálculos. Al menos eso demuestra en un capítulo en que Don Quijote hace una serie de estratagemas para averiguar cuántos reales son 3300 cuartillos –un cuartillo era la cuarta parte de un real– sin dividir esa cantidad por cuatro, que es el mecanismo más rudimentario. Por el contrario, divide la suma de 3300 en 1500, por un lado y 150, por el otro (las correspondientes mitades de los millares y de las centenas de la cantidad total) y llega al resultado de 825 reales después de haber dividido aquellas dos mitades resultantes por dos (750 y 75) y de haber sumado sus respectivos resultados. “Un proceso inteligentísimo”, según define el matemático José del Río Sánchez, autor del ensayo También los novelistas saben matemáticas, donde recopila, además, otros usos matemáticos en la literatura de, por ejemplo, Vargas Llosa, Saramago, Cortázar y hasta Stieg Larsson.