“Aquello que un dispositivo de poder marca sobre los cuerpos que atormenta es lo mismo que intenta marcar, de otras maneras, sobre el cuerpo social en su conjunto”, escribe Pilar Calveiro y, desde este planteo, reflexiona en Violencias de Estado sobre las políticas de dominio actuales, con la misma lucidez y franqueza que la caracterizaron en sus ensayos anteriores. La hipótesis es “que estamos frente a una reorganización hegemónica a nivel planetario”. Calveiro confirma que el capitalismo se reafirma en una voluntad de poder de manera global e ilimitada, acompañada de una democracia funcional restringida a un cuerpo normativo. Según Calveiro, “una de las características de esta nueva fase es la articulación de los circuitos legales e ilegales, tanto en lo económico como en lo político y lo represivo”. Y agrega: “La economía, la política, la sociología, la antropología nos informan sobre las transformaciones impuestas por el neoliberalismo en la producción, en las funciones y competencias de los mercados y de los Estados, en el creciente papel de las comunicaciones y en la construcción de nuevas subjetividades en el mundo actual”.

Capítulo tras capítulo, Calveiro traza una anatomía política, a partir de dos rasgos claros que se estructuran y se despliegan en el mundo de hoy: “la guerra antiterrorista” y “la guerra contra el crimen”, violencias que habilitan la dominación global, operando sobre los cuerpos y las mentes y sustentada en el poder comunicacional.

El ensayo es un mapa crítico que da cuenta de la implementación de estas políticas de dominación ilimitada a través de las operaciones que se ejercen sobre los cuerpos individuales y colectivos. “Todos estamos sujetos a procesos de mercantilización y de vaciamiento orientados a conseguir nuestra obediencia.” Así y todo, ello no implica la desaparición de las resistencias. En la vida cotidiana, como en las prisiones más duras, “el ser humano tiene una fuerza endemoniada que le permite eludir, escabullirse y sobrevivir”.