El lector Lucio Decotto anda apesadumbrado porque demolieron en San Isidro la bella casona de la foto, una de sus favoritas en el barrio. Este abogado que también pasó por la carrera de diseño industrial y a quien le importa el patrimonio suele agregarle a sus viajes de trabajo a San Isidro caminatas para ver y a veces fotografiar las casas de mayor valor histórico y estético. Hace poco se encontró con que en la esquina de Acassuso y Maipú había apenas una pila de escombros. Decotto se comunicó por mail con la Municipalidad de San Isidro, notando la demolición y diciendo que pensaba que el patrimonio estaba protegido en esa ciudad, por lo que hasta esperaba que le respondieran que había habido un error o un ilícito y que la casona no debería haber sido destruida. Pero el director de Difusión municipal, Rubén Scandizzo, contestó que “dicho inmueble es una vivienda particular y sus propietarios han cumplimentado los trámites correspondientes. A nuestro criterio, no existen motivos en contrario”. Queda así demostrado que San Isidro no protege su patrimonio, excepto que sea formalmente declarado monumento. Y, por el tono pasota de la respuesta del vocero del intendente Gustavo Posse, a nadie lo despeinan las destrucciones.