Como viene ocurriendo en las últimas ediciones, la feria Puro Diseño 08 que se llevó a cabo del 8 al 13 de abril en el Pabellón Azul de la Rural se viene perfilando con un marcado acento por la indumentaria y los accesorios, quedando un poco desdibujada la presencia de mobiliario y objetos. No obstante, algunos exponentes dieron el presente. Sobre todo esos que llegan del interior a la Capital con ansias de mostrar lo que hacen generalmente en materiales nobles con manos artesanas. Capítulo aparte para el segmento joyería contemporánea, que demostró la potencia de la nueva generación de diseñadoras y orfebres que dominan con virtuosismo los más variados materiales desde textiles, pasando por cristal, resinas, descartes, cobre y plata.

DISEÑO FEDERAL

Así, algunas provincias participaron con stand propio y aglutinante de diseños varios, como el caso de Santiago del Estero, Tucumán y Salta. De esta última, se destacan las luminarias de Bebel Mauri en cuero de vaca, cabra y cardón y los utilitarios –bodegas, portalápices, espejos y marcos– en cuero con pelo de Bosch & Losicer.

Aunque también llegaron otras, representadas de la mejor manera por embajadores de lujo que les hacen honor en la feria con nombre propio. Tal es el caso, de la etiqueta De Allá Ité de Guillermina Rozenkrantz, que trae la materialidad y trabajo artesano de Corrientes y que en esta edición presentó una línea de lámparas y veladores con pantallas circulares de tiento trabajado símil pergamino y hierro, extremadamente bellas. Además de nuevos bancos en algarrobo negro. De Catamarca, el artista plástico y artesano Enrique Salvatierra, al que empezamos a conocer como el marido de la talentosa Manuela Rasjido, pionera en trabajar un diseño con identidad, pero con el correr de las ferias y su virtuosismo sin límite, identificamos por su marca, quien esta vez desembarcó con columnas escultóricas. Especie de tótem, en cuero sobado de cebú con detalles de tachuelas que acompañan a sus preciosos bancos en cuero y tiento y objetos, desde su taller de Santa María.

Este año se sumó un simpático cordobés, el diseñador industrial Marcos Cugiani, con su etiqueta Macanudo y su línea de mobiliario y objetos en caña guadua. Material que combina de buen modo con metal para generar una familia conformada por sofás y mesas altas y de apoyo y con el descarte, pequeños utilitarios. “La Guadua Angustifoglis es un recurso natural sostenible, de rápido crecimiento y cualidades estéticas y ambientales sobresalientes. Sus propiedades estructurales, como la relación peso y resistencia superior a la mayoría de las maderas, la convierten en una opción más que interesante para trabajar en diseño”, señala el creador del sillón Mompiche y Amazonka, la mesa Tayrona y la banqueta Manaby, nombres que tomó de poblados de Colombia y Ecuador, países donde entró en contacto por primera vez con las virtudes de la caña, que después pudo encontrar en Misiones para trabajar desde su taller en Córdoba. “Nudos, bulbos, rizomas y diversas huellas marcan la historia de cada caña y eso es lo que la hace más interesante”, remata.

Por último, en un espacio apodado La Selección (plataforma auspiciada y cedida por la propia feria para siete talentos seleccionados por un comité curador) fue otro diseñador industrial del interior, Rodrigo Fernández Valdivielso, oriundo de San Martín de los Andes, quien presentó varios de sus diseños más recientes. Los veladores Wesley realizados para una hostería boutique del sur. “De aluminio anodizado (en varios colores) y pantalla difusora plástica, fue diseñada para ser resistente a golpes y caídas y para evitar el contacto del usuario con la electricidad. Rescata la cadenita de encendido, como en las viejas lámparas –pero con tecnología actual– simplificando el uso, ya que el encendido siempre está a mano, y evitando posibles deterioros con el uso típico de hotelería”, señala Valdivielso. La Wi-lamp, una lámpara sin cables con múltiples funciones, pensada para ambientar espacios. En resina y leds en dos versiones: como luz testigo y como audiorrítmica y secuenciada en colores. Además de la silla Valentine en madera terciada y multilaminado, ambos de guatambú, y un banco muy económico en fenólico de obra.

DE AQUI NOMAS

Cerquita de la entrada a la feria, daban el presente con amplio stand dos nombres históricos del design vernáculo que recibían esta vez con productos conocidos pero propuesta diferente. Se trata de Ricardo Blanco y Eduardo Naso, que acaban de inaugurar su Storage Design. Un local en Barracas (Herrera 1621) con el que apuestan a revertir cierta problemática palermitana: “Tendremos stock permanente, cosa de que no haya que esperar meses para tener un mueble y demostraremos que ‘con diseño no es más caro’”, promete Naso. Para muestra, dos productos de sus colecciones, la reedición de una bella silla de Blanco en madera multilaminada del ’75 y la serie de mesas Tarde Tropical en plástico y fenólico armables de Naso.

Cerca de ellos, otro docente, también de reconocida trayectoria, Alan Neumarkt, presentaba junto a Néstor Piquero de la alianza entre el estudio Sudamerica Design y la empresa de comunicación e imagen Clan, un colector de agua-tonel transportable fabricado con la reutilización de lonas publicitarias –banners–. Piezas que nacieron de un workshop para la creación de productos para emergencias o defensa civil.

En el stand del CMD, una de las empresas incubadas –Diseñaveral de Leandro Laurencena, Maximiliano Cifuni y Lorena Fecchio–, especializados en el desarrollo de productos a partir de materiales laminares, presentaron Rodantes, la primera línea de productos Jugables. Simpáticos objetos de uso cotidiano –lapicero, organizadores de escritorio, salero y pimentero, entre otros– concebidos como vehículos de juego. “Detrás de Jugables se esconde un pensamiento que relaciona dos actividades de la vida cotidiana y las incluye en un mismo objeto. La relación deja de ser sólo utilitaria para pasar a ser lúdica”, señalan. Mientras que en el mismo espacio, los Fretto Mejías mostraron su Trimmo, un conjunto de piezas planas que al flexionarse y encastrarse dan vida a un cesto que viene en empaque, también plano, absolutamente exportable. En el espacio La Selección, otro diseñador industrial, Alejandro Palandjoglou, esta vez de Buenos Aires, presentó distintos productos en madera. La lámpara Hongo en paraíso e iluminación con leds y pantalla de acrílico y la Honguito en lenga donde la madera misma oficia de pantalla, la Yo-Yo para colgar de la pared o apoyar en el piso en Zoita y pantalla de plástico, el reloj de mesa Nut en lenga y dos bancos, el Sate-Light y Qbix en Zoita y paraíso y hierro cromado, respectivamente.

Mientras que en el espacio Verde, dedicado a productos hechos con materiales reciclados, también se destacó el segmento accesorios con las carteras de Neumática en goma reciclada y las de la brasileña Gilcella Santana de Aluminium, que recicla latas de gaseosas que transforma en bellas carteras, bolsos y sobres con el soporte de tejido con tanza o crochet.

Por último, como curiosidad, la diseñadora gráfica Paola Biurrún presentó Klings. Superficies adhesivas para decorar paredes, pisos, techos, azulejos, vidrios y ventanas con la particularidad de ser fácilmente removible y obviamente la propuesta de un sinfín de motivos.

CAPITULO APARTE

Merece este año el segmento de joyería contemporánea. Con nombres destacados de la escena como Gabriela Horvat, quien presentó su última colección en plata combinada con textiles –sedas, chaguar y lanas rústicas–. Ornamentos, amuletos, sin duda, “objetos de deseo”, como los llama ella. La línea de cristal de Murano de Lila Nemirovsky. El estallido de color en resina de las Solrojo y en versión textiles reciclados los de Silvina Romero. El cobre que estalla en distintas tonalidades turquesas de Dua y la maestra María Medici, entre otras.