Confirmando que la Cancillería es uno de los órganos del gobierno nacional que más concursos genera con la SCA, ahora lanzan en conjunto un nuevo edificio para ese ministerio. El concurso de anteproyectos se suma a los reiterados envíos a las bienales de Arquitectura de San Pablo y Venecia, y al stand de 2500 metros del Pabellón argentino en la Feria del Libro de Frankfurt.

Se trata del terreno de la subida de la calle Basavilbaso, esquina Juncal, propiedad del ministerio desde 1936, que va a tener su segundo concurso. El terreno linda con el Palacio San Martín, comprado el 3 de abril de 1935 a la familia Anchorena y proyectado por Alejandro Christophersen.

El primer concurso fue en 1972, ganado por Natan Aizenstat y Carlos Rajlin, pero la obra fue dejada para otro momento y se construyó la torre en la esquina de Esmeralda, con proyecto de los arquitectos ganadores del concurso. El edificio tiene como característica especial un remate amansardado, que remite de un modo bien posmodernista al Palacio. La construcción llegó a su fin luego de una interminable obra, en la década del ochenta, y es la actual sede de cancillería.

El lote en cuestión, ya con su casona demolida, se usa hace años como estacionamiento a cielo abierto para vehículos oficiales. Cuarenta años después, con una nueva normativa urbana que genera una envolvente máxima con su punto más bajo con la cota del Palacio y su máximo en la esquina de Juncal, vuelve al tapete este valioso terreno. La idea es construir una sede para mudar las dependencias que siguen en la mansarda y el basamento del Palacio, liberando el edificio histórico de todo uso administrativo y reservándolo para protocolos y recepciones. Por otro lado, el edificio de Esmeralda está abarrotado de funciones, que de este modo derramarán al nuevo.

La idea es que los tres edificios conformen un conjunto conectado y alberguen nuevas funciones que necesitan urgentemente desarrollarse. El programa, que recién están comenzando a redactar, contemplará funciones que hoy no posee el ministerio y otras que están muy ajustadas y requieren de una urgente expansión. Por ejemplo, se tendrán en cuenta los archivos históricos y los de documentación actual, un espacio para convenciones, estacionamiento cubierto, un área de sistemas centralizado para todas las sedes del ministerio en el mundo, una guardería infantil –actualmente en el basamento del Palacio– y un comedor para el personal, entre otras funciones. Por la Cancillería, se designó a Raúl Rivarola y por la SCA a Eduardo Bekinschtein.