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Sábado, 24 de abril de 2010

EL PATRIMONIO DE CORRIENTES

El Museo Histórico Provincial

 Por Facundo De Almeida *

La financiación internacional del proyecto de adecuación del Museo Histórico Provincial de Corrientes, un monumento provincial con fachada de Martín Noel, le permitirá al organismo cumplir con un requisito básico de cualquier institución de este tipo: tener un depósito para conservar las obras de arte, objetos y documentos, respetando los estándares internacionales de preservación.

El proyecto en cuestión, avalado y financiado –por un valor de 80 mil euros– por la Unesco y el Icrom (Centro Internacional de Estudio para la Preservación y Restauración del Patrimonio Cultural), fue seleccionado junto al Museo de Arte de Isfahán (Irán), entre cientos de propuestas de todo el mundo.

Esta noticia, que debería ser motivo de festejos, le está trayendo dolores de cabeza al actual subsecretario de Cultura de la provincia y reconocido gestor cultural. El arquitecto Gabriel Romero continúa con el proyecto que inició su antecesor el arquitecto Carlos Lezcano y la ex directora de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, la experta en conservación del patrimonio María del Pilar Salas.

La asociación de amigos y el director del museo, a pesar de que apoyó la iniciativa cuando se presentó, se oponen a la creación de la “reserva técnica”, que es la denominación aceptada internacionalmente para este tipo de espacios. Esgrimen una insólita ley provincial que prohíbe descolgar siquiera temporalmente la colección de cuadros con los retratos de los gobernadores y obispos de la provincia.

Esa ley nada dice sobre la obligatoriedad de exhibir el patrimonio vinculado con la Guerra del Paraguay, o contar con colecciones y espacios destinados a las Misiones Jesuíticas, o a la herencia guaraní que tan arraigada está en la cultura del Litoral. Mucho menos exige que las instalaciones se adecuen para conservar las colecciones, que se realice un inventario con fichas documentadas para cada una de las piezas del museo –-algo que en la actualidad no existe– o que se destine un porcentaje del espacio a exhibiciones y otro a la conservación e investigación de su patrimonio, como ocurre en cualquier institución de este tipo.

La conservación no se garantiza con una ley que prohíba descolgar los cuadros –tan es así que en los últimos años se han denunciado varios robos– sino con espacios para el resguardo y restauración de las colecciones, con mobiliario, condiciones de seguridad y tecnología que mantenga niveles de humedad y temperatura adecuados. Así es que el museo podría cumplir con las funciones que determina el Comité Internacional de Museos (Icomos): “Una institución permanente... que se ocupa de la adquisición, conservación, investigación, transmisión de información y exposición de testimonios materiales de los individuos y su medio ambiente, con fines de estudio, educación y recreación”.

Sin embargo, las autoridades provinciales de cultura se encuentran frente a un cuestionamiento que puede poner en riesgo la inversión y terminar beneficiando a un museo de Rosario, que fue seleccionado en segundo lugar por la Unesco y el Icrom. Eso significaría una pérdida para Corrientes y un papelón en la relación con los organismos internacionales de cultura.

Patrimonio arquitectónico de Esquina

La preocupación y movilización ciudadana en defensa del patrimonio arquitectónico se expande e intensifica a lo largo de todo el país. Despertando de la “terapéutica siesta correntina”, como ellos mismos afirman, un grupo de ciudadanos que hace unos años conformaban la “Asociación para la Defensa del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de Esquina”, alertaron a m2 sobre la demolición ilegal e indiscriminada de casas patrimoniales.

Esquina es una localidad de unos 30 mil habitantes al sudoeste de la provincia de Corrientes, a 336 kilómetros al sur de la capital provincial, 760 del punto cero del río Paraná y 668 de la Ciudad de Buenos Aires. Fue la primera tierra correntina que pisaron los descubridores en su entrada hacia el norte por el río Paraná. El pueblo nació al levantarse una posta, el 8 de noviembre de 1782, en tierras donadas que pertenecían al maestro de posta Don Benito Lamela, inmigrante español, que cumpliendo con una promesa hecha a Santa Rita de Casia mandó construir una capilla en su honor, sobre una legua cuadrada de tierra en “la propia esquina del río Corrientes”.

Su arquitectura colonial, sus casas con influencia española e italiana, y sus arboladas calles que bajan hacia el río y en primavera se tiñen de fucsia y rojo por sus lapachos en flor, de amarillo por los guaranes y de violeta por sus jacarandás, la transforman en una ciudad sumamente pintoresca.

Los pobladores denuncian la destrucción indiscriminada y sistemática del patrimonio arquitectónico local. Entre los más graves atropellos se destaca la demolición en una noche –las mañas de los depredadores patrimoniales son las mismas en todos lados– de la antigua casa Grela, y de otra vivienda en la esquina de Lamela y Velazco, calle conocida familiarmente como “La cuadra Baleirón”, a pesar de que una Ordenanza Municipal las protegía. Los vecinos reclaman que el Concejo Deliberante local investigue estas demoliciones ilegales y le exigen al intendente Humberto Bianchi que tome medidas concretas y urgentes para proteger los edificios valiosos de la localidad.

Una vez más son los ciudadanos, sensibilizados y movilizados en defensa del patrimonio cultural, los que ponen en la agenda el tema patrimonial. El subsecretario de Cultura de la provincia, informado por m2 de la situación, se comprometió a tomar cartas en el asunto y visitar esta misma semana la localidad para interceder ante las autoridades locales.

Q Licenciado en Relaciones Internacionales. Magíster en Gestión Cultural por la Universidad de Alcalá de Henares. http://facundodealmeida.wordpress.com

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