Por Matías Gigli

Gea Casolaro trabaja tomando apuntes de la realidad. Fotógrafa, romana, es oriunda de un barrio frío y extraño, el Eur. Desde ese sitio donde convive la arquitectura fascista con la modernidad, y con su cámara a cuestas, encara proyectos entrecruzando textos con fotos. Sus trabajos son auténticos “déjà vu”, porque ella encuentra composiciones en instantes de la vida cotidiana. Por ejemplo, un Paolo Uccello en un subte, donde la composición con verticales de color rojo de los pasamanos y la gente agrupada organiza una imagen que nos lleva a la Batalla de San Romano.
En otro momento, un barcito con una luz artificial cálida es un Eduard Hopper neoyorquino. Y una tarde en un parque de la ciudad, con gente tirada en el suelo tomando una merienda o simplemente descansando es para Gea un auténtico Manet. Lo mismo con imágenes que recuerdan al Cristo en casa de Marta de Velázquez, en donde un ventana encuadra una escena en un segundo plano de la imagen. Allí ve al maestro español. Otras situaciones le revelan un Consagra, y unos helechos son el tema donde encuentra la presencia de Rousseau.
Su idea es que en nuestra memoria persisten estas imágenes, que nos acompañan a diario. Y que los lugares son transformados y corregidos, luego de que un icono con la fuerza de Canaletto transforme el Gran Canal de Venecia en otro.
Gea, como muchos artistas jóvenes europeos, encuentra su modo de expresión en un trabajo en donde lo intuitivo es vital. Es que tanto academicismo, tanta enseñanza de la historia del arte, a la larga lleva a conformar artistas técnicamente correctos pero con poco que decir.
Gea resalta su condición de estudiante, no científica. Lo suyo es la intuición. Los textos y las notas al pie de sus exhibiciones la llevan a explicar sus ideas. Que en algunos casos son complejas, como en el de su trabajo sobre la bombardeada ciudad de Sarajevo, donde sus tomas muestran retazos urbanos que podrían ser París o Roma, y que yacen en ruinas o maltratados por la guerra.
De visita en Buenos Aires, desarrolló un trabajo basado en la búsqueda de nuestra arquitectura moderna. Un recorrido de ejemplos de arquitectura contemporánea porteña la llevaron a documentar nuestra ciudad con ojos de sorpresa. Valora el blanco, entiende el plano y como suele suceder, evita las imágenes naturalmente bellas.