Sus símbolos y emblema son el trabajo en equipo. Se autodenominan “la familia dragona” y su origen e historia son propios de un clan. Son “seis personas creativas”, “felices trabajando”, con “ambiciones”, que se “quedan por esto”, como se definen en frases a modo de cuadro sinóptico en su catálogo. Los tres hombres del estudio, Federico Churba, Matías Zuckermann y Gustavo Stckolschik son egresados de la carrera de diseño industrial y se encargan de crear, fabricar y comercializar muebles y utilitarios. Las chicas, Leticia Churba, Débora Hirsch y Mara Zuckermann, son diseñadoras gráficas y de indumentaria, respectivamente, y responsables de una amplia línea de accesorios y biyou.
Jóvenes todos (sus edades oscilan entre los 24 y 29 años), algunos comparten vivencias desde la infancia (caso obvio de la dupla de hermanos) y otros desde que comenzaron a cruzarse en Ciudad Universitaria. “En realidad –cuenta Federico Churba–, todo surge cuando empezamos a apropiarnos de la casa de Leticia en la calle Dragones para trabajar. De a poco la fuimos desplazando y comenzaron los proyectos. Algunos eran compartidos y otros individuales, aunque en todos estaban presentes las sugerencias y miradas de los demás.”
“Y sobre todo –cuentan al unísono los varones–, el apoyo, aprecio e ideales compartidos. Con formaciones distintas, el aporte era siempre enriquecedor”, aclaran.

La primera gran excusa
Así las cosas, la primera edición de la feria Puro Diseño fue una buena oportunidad para concretar y organizar el trabajo en equipo. Desde su stand impactaron con las ahora famosas lámparas hechas con bolsas de vinilo, velcro y plástico molido, otras en MDF y la biyou de las chicas. También presentaron un set para hacer submarinos de chocolate, individuales y posavasos de neoprene y cuencos cerámicos.
“El estudio busca hacer propuestas variadas en distintos materiales y tecnologías que tengan como común denominador la innovación. Generalmente buscamos escaparle a lo convencional, por eso ahondamos en nuevos procesos o jugamos con eso de cambiarle la utilidad a un material”, explica Matías Zuckermann.
La línea completa de piezas de diseño industrial que comercializan suma más de veinte ítem, entre los que se encuentran las lámparas realizadas en un tipo de aluminio compuesto que se usa para frentes de edificios, como la Bulb, ganadora del segundo premio en la última Casa FOA. Otras versiones son de plástico molido o fundido para relojes o apliques. Poltronas de roble macizo, mesas con patas de aluminio anodizado y madera, portarretratos de neoprene y un producto emblema que trabajaron junto a las chicas: las pantuflas de neoprene, goma eva y elástico.
“Hoy más que nunca sentimos que tenemos que seguir creando y apostando a lo nuestro. Tenemos que demostrar y demostrarnos por qué nos quedamos”, coincide el clan.

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