La castigada esquina de Sánchez de Bustamante y Pacheco de Melo, justo enfrente al Hospital Rivadavia, ya perdió el Asilo San Vicente de Paul, demolido clandestinamente ante la pasividad palmaria del gobierno porteño. Ahora va a perder la linda casa con local a la francesa que se ve en la foto, donde funcionó hasta hace muy poco un café con muy buena repostería. Como también puede verse en la foto, la casa está en perfecto estado –¿por qué el Consejo Asesor en Asunto Patrimoniales la habrá desestimado?– y la única razón por la que va a ser destruida es para hacer dinero.

En este caso, lo harán el especulador de turno, que se reserva su nombre, la inmobiliaria Ocampo y el estudio Grinberg Szmulewicz, que anuncia departamentos pequeños y, conociendo el barrio, en altura. Pero esta vez los vecinos se ocuparon de expresar su opinión sobre la obra de una manera que hasta resulta un comentario sobre lo que pasa hoy en día por arquitectura.

Firmado “el barrio” un cartel impreso dice “si así mantienen limpia la vereda, ya nos imaginamos cómo van a ser los departamentos”. A mano, alguien agregó “basta de edificios de cuarta, respeten la historia”. Otra mano escribió sobre la chapa, justo abajo del logo de los arquitectos, “no destruyan más casas”. Y una tercera pidió que “no construyan más cajas de zapatos”, más una lista de improperios muy duros.

Conociendo las presiones comerciales y la increíble fiaca mental que domina la práctica del diseño en Argentina, es fácil predecir que el barrio va a perder en el cambio. Lo novedoso es que esta vez se hicieron escuchar en directo, dedicado a Grinberg, Szmulewicz, Ocampo y el especulador de turno.