La semana pasada se otorgó el Premio Nacional Ingeniero Basilio Uribe Estímulo al Diseño 2011, organizado por la Academia Nacional de Bellas Artes. Además, tipógrafos locales recibieron el galardón Letter.2.
La semana pasada, la Academia Nacional de Bellas Artes, entregó en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) el Premio Nacional Basilio Uribe de Estímulo al Diseño. Un nuevo galardón para el diseño que alternará año a año gráfico con industrial y que resume en la figura de un pionero de la disciplina los valores que se propone destacar. Uribe, ingeniero y poeta, fue uno de los mayores promotores del diseño en nuestro país desde su lugar de gerente del INTI y luego con la creación del CIDI (Centro de Investigación del Diseño Industrial).
Entre los ocho seleccionados, todos expuestos en el museo hasta el 9 de noviembre, se alzó con el premio Juan Pablo Cambariere. Diseñador por la Universidad de Buenos Aires (el premio exigía ser profesional) y artista plástico por la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, Cambariere tiene una reconocida trayectoria en el mundo editorial a través de su trabajo en tapas de libros y discos, y del Suplemento NO de este mismo diario, donde es director de arte desde hace 14 años.
Sus trabajos han sido publicados en revistas y libros especializados alrededor del mundo. Expuso en Nueva York, Berlín, Milán, Madrid y Buenos Aires, entre otras ciudades. Diseñó más de 300 tapas de libros para editoriales como Sudamericana, Random House Mondadori, Planeta, Emecé, La Bestia Equilátera, Siglo XXI y Eterna Cadencia. Y las tapas de discos de Divididos, Luis Alberto Spinetta y El Otro Yo, entre otras bandas y solistas. También ha diseñado las colecciones de Troilo, Goyeneche y D’Arienzo para Sony BMG. Además ostenta su proyecto escultórico Ensayo sobre el poder, un sistema/familia de marionetas de madera expuesto en la Visual Research Gallery de Berlín y en Pictoplasma, Nueva York, entre otros.
“Hace quince años que no participo en un concurso de diseño”, cuenta Cambariere. “Pero éste me gustó porque no había que pagar para inscribirse. Algo muy común en los concursos de diseño, que deja afuera a muchas personas y, sobre todo, muchas veces los transforma en un negocio y no en genuinos promotores de la disciplina. También me gustó que premiaran trabajos reales. El diseño tiene una función social y ésta se ejerce desde la práctica concreta, no desde el onanismo gráfico de hacer piezas que nadie ve y que generalmente también son las que premian los concursos.”
Con respecto a los trabajos presentados, varias tapas de libros, explica que optó por las que fueran más plurales. “El libro El mármol de César Aira es un caso muy especial. Aira es un autor maravilloso y tremendamente prolífico. Esto para las editoriales es bueno y malo, ya que puede sacar varios libros al año en diferentes editoriales y se hace muy difícil destacarlo. Es por esto que necesitábamos algo distinto. Lo que hicimos con La Bestia Equilátera fue sacar tres tapas diferentes al mismo tiempo, y repartirlas equitativamente en las librerías, de forma tal que el lector pueda elegir la que más le gusta. Era particularmente adecuado para este libro porque el propio protagonista se ve en esa situación (la de tener que elegir entre varios objetos) al comenzar la historia”, cuenta Cambariere.
Y continúa contando el detrás de escena de su trabajo, ahora hablando sobre otros dos proyectos, El oro de Moscú y Vida de vivos: “Los libros son por sobre todas las cosas objetos, tienen cuerpo, peso, textura, olor. Tienen una secuencia que da su condición tridimensional. Uno puede recorrerlos aun antes de entrar a sus páginas, puede ver la tapa, darlo vuelta y leer la contratapa, no sin antes ver el lomo y luego las solapas. Creo que el atractivo de El oro de Moscú y Vida de vivos es justamente que no olvidan esto, son piezas que no han ignorado su soporte. La dos pretenden seducir por el misterio y despertar curiosidad en el lector. Son un contenedor de información (una encomienda, un casete) fusionado a otro contenedor de información (el propio libro)”, detalla.
Por último, para Se nos fue María y mi vida es un caos decidió otros lenguajes. “En este libro, Jessica Fainswood relata con mucho humor los pormenores de la vida hogareña, centrándola en la relación que se genera con el servicio doméstico. Primero que nada se decidió usar un lenguaje vintage de la década del ‘50, un poco por usufructuar ese mundo entre perfecto y perverso que nos transmiten esas imágenes y otro poco para evitar personificar tanto a la ‘ama de casa’ como a la ‘empleada’, ya que en el universo de clase media argentina hay una cuota de clasismo y xenofobia con respecto a estos estereotipos que no queríamos abordar en tapa. Finalmente el efecto recursivo (la misma imagen dentro de la imagen repetida hacia el infinito) es muy común en la época y termina ilustrando muy bien el carácter entrópico de las relaciones planteadas en el libro”, relata Cambariere.
Además hubo dos menciones para Juvina Inés Ten y Gustavo Doradillo. Dentro de los seleccionados figuran Laura Varsky, Sebastián Gallo, Pablo Nucíforo y Díaz, Andrés Romero Jones y Dan Waisman. El jurado estuvo integrado por el presidente de la ANBA, Ricardo Blanco, y los Académicos de Número, integrantes de la Comisión de Artes Visuales: Matilde Marín, Nelly Perazzo, Rosa María Ravera y Jorge Tapia.
A su tiempo, sobre el premio, Blanco detalló en el catálogo que “el diseño gráfico así como el industrial han generado un lugar en el campo de la experiencia estética. El diseño no es arte, porque tiene otro rol, pero sí participa de valores comunes y la calidad estética de sus piezas que están presentes en el día a día de la sociedad, nos permite recibirlo en el seno de la Academia Nacional de Bellas Artes a través de este premio. En esta primera convocatoria de parte de la ANBA a la disciplina del diseño percibimos una mirada disciplinar que enlaza lo tradicional de la gráfica con los nuevos recursos tecnológicos, encontrándose en un camino que puede ser clarificador de las últimas tendencias en las cuales el juego visual a veces supera al comunicacional. La valorización de la imagen, el tratamiento de los objetos como una totalidad y no como un conjunto de planos, nos permiten leer un diseño gráfico evolucionado en el cual el espacio real tiene una riqueza visual que muchas veces la gráfica no utiliza”.
“Creemos que ambas disciplinas, el diseño gráfico y el diseño industrial, están ya institucionalizadas en sus prácticas y en sus logros, y nos pareció adecuado denominarlos Uribe en homenaje a un pionero –el Ing. Basilio Uribe–, en reconocimiento a su actividad como promotor de la disciplina en su rol de gerente del CIDI del sistema INTI en los años ‘60. El que haya sido presidente de la ANBA aúna el sentido de este homenaje. La historia se va construyendo con los reconocimientos. La ANBA recuerda de esta manera a quien fuera no sólo un gestor del diseño argentino sino un gran humanista”, resume.
Mientras que, sobre la elección del ganador, sostuvo que fue la calidad de sus piezas lo que lo hicieron acreedor de tan importante premio: “Hace cuarenta años que trabajo en pos de posicionar, dar status social al diseño. Este premio tiene ese objetivo”, remata Blanco.
Coincidentemente, esta semana fueron premiados otros dos gráficos argentinos. Esta vez el galardón fue para la tipografía a través del importante certamen Letter.2, la segunda competencia de diseño que realiza la Organización Internacional de Tipografía (Association Typographique Internationale (ATypI). Alejandro Paul, reconocido baluarte local en esta especialidad, se alzó con el premio por su Piel Script, y Juan Pablo del Peral por su Alegreya, sobre un total de más de 651 inscriptos.
Bajo el lema “Vení a pensar la ciudad en la que queremos vivir”, del 28 al 30 de octubre, se realiza la tercera edición del Festival Internacional de Diseño de Buenos Aires, organizado por el Ministerio de Desarrollo Económico porteño a través del CMD, reuniendo un sinfín de actividades, a saber: una “Calle del Diseño” que atraviesa el CMD propone espacios comunes con asientos (de Diana Cabeza) y fotografías de la ciudad (Dino Bruzzone, Fabiana Barreda, Ignacio Iasparra, Jorge Miño, Livio Giordano, Mariano Brizzolla y Elisa Strada). Talleres para niños en el Centro Cultural Nómade, un espacio itinerante creado por el colectivo de artistas A77. Y lo más importante: el 28 y 29 de octubre se desarrolla la tradicional Conferencia CMD, por primera vez gratuita, para analizar los “Nuevos escenarios para el diseño”. Desde hace seis años, las conferencias permiten a profesionales de todo el mundo compartir un espacio para analizar los avances del diseño desde el punto de vista teórico y práctico. Este año se suma al festival para pensar al diseño como herramienta para transformar los procesos y los objetos en experiencias cercanas, humanas y beneficiosas. Con las exposiciones de Paula Zucotti de Seymourpowell (Gran Bretaña), Chris Domina (socio de IDEO), Bryan Boyer (jefe de Diseño Estratégico en Sitra, Fondo de Innovación de Finlandia), Takashi Honda (Design Studio CRAC, Japón) y Satorilab de Argentina, entre otros. Lugar: Auditorio CMD, Algarrobo 1041. Informes e inscripción en www.cmd.gob.ar
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