Los vecinos del barrio acosado por los outlets siguen patrullando sus calles, buscando y encontrando cosas raras. Esta vez, su alarma pasa por un shopping, nada menos, que implica el cuestionado sistema de englobar parcelas y afecta edificios catalogados. El proyecto se llama Centro Comercial Alberdi y queda en el 3957 de esa avenida, entre Martínez Castro y Benedetti. Por lo que se ve en los planos comerciales, va a implicar a dos predios históricos, un “strip mall”, estacionamiento y calles internas de circulación sobre prácticamente una manzana entera.

La inmobiliaria que interviene repite una y otra vez que el lugar tiene “planos aprobados para el desarrollo de locales comerciales y estacionamiento” y dice que el Centro Comercial “se distingue por la atípica y únicas variantes de estilos que componen el predio”. Esto es verdad, porque sobre la avenida se alza un caserón italianizante –y no francés, como lo describen los folletos– que se ofrece para un banco por su ubicación y por “reflejar una fuerte imagen corporativa”, idea realmente novedosa en materia patrimonial.

Dentro del futuro terreno englobado hay una segunda casona italianizante, muy criollona, con un detalle juguetón: una torre almenada con torrecitas en cada esquina. Esto es descripto como un “castillo medieval” que “refleja una fuerte imagen de admiración y fortaleza”, por lo que supuestamente “invita a empresas que como estrategia busquen la diferenciación y la exclusividad”. El tercer edificio histórico es la torre de agua, que prometen será restaurada de un modo “de gran visibilidad”.

Como la casona, el “castillo” y la torre de agua tienen catalogación estructural dentro del PAH Floresta, se supone que tienen que ser tratados con sumo cuidado y aceptando límites. También se supone que los edificios nuevos, el “strip mall”, deberán respetar el entorno mandatorio por ley para los edificios catalogados, con lo que no deberían ser el cachivache modernoso de rigor en estos emprendimientos sino algo que al menos no se pelee con sus vecinos históricos. Pero como el expediente que figura en el cartel de obra es de 2007, ya largamente vencido, no queda en claro si intervino Patrimonio de la Ciudad, si Interpretación Urbanística aprobó las restauraciones y dio luz verde con el tema del entorno de lo catalogado. En fin, que Salvar Floresta deberá seguir mirando de cerca.