La casa de Bustillo
Este mes se recuperó para el público una casa cargada de historia, la que después de muchas idas y venidas construyó Alejandro Bustillo para Victoria Ocampo. A mediados de mayo, fue reinaugurada por el Fondo Nacional de las Artes como sede de biblioteca y galería, y en el futuro de actividades musicales, la casa modernista de la calle Rufino de Elizalde, al lado del museo sanmartiniano y en el corazón del pequeño barrio francés que corre entre Libertador y Figueroa Alcorta. La casa de Ocampo, dice la leyenda, fue diseñada por Le Corbusier. En rigor, es una obra de Bustillo y la confusión viene de que hubo croquis y diseños para un proyecto de casa que Ocampo le encargó al francés para la calle Salguero, nunca realizado. Cuesta imaginar a Bustillo tan moderno, y la verdad que las discusiones entre arquitecto y clienta fueron homéricas: casi cuarenta años después, cuando la casa era un clásico, Bustillo hizo las paces con esa ruptura en su carrera.
Ocampo se mudó en 1928, después de batallar para lograr la autorización de obra. Le debe haber encantado ese combate con las autoridades municipales y con sus vecinos, que detestaban la idea de una pieza tan modernista en un barrio tan francés. Ocampo no daba puntada sin hilo y ya había construido una así, como símbolo y docencia del modernismo que adoraba, en Mar del Plata. En pleno Palermo chico se dio el gusto de crear otro hito y en 1931 fundó allí la revista Sur.
En este 2003 en el que ese barrio fue destruido por edificios modernos de una mediocridad alarmante, la casa de Bustillo es otro clásico, que ahora se puede visitar y tiene un destino público que le encantaría a su constructora.