La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires hizo un cálculo de lo más deprimente del daño causado a los árboles de la avenida 9 de Julio. Resulta que la inútil obra del metrobús en ese recorrido implicó 305 árboles, de los cuales se talaron y tiraron a la basura 28 que consideraron enfermos irrecuperables. Los 277 restantes fueron transplantados, 169 dentro de la traza que deja la tonta obra y 108 a otros parques y plazas. El ingeniero agrónomo Héctor Svartz, jefe de la cátedra de Jardinería en Agronomía, pronosticó que “en dos años la mitad de esos ejemplares estarán muertos”. Su colega Carlos Anaya, que es el único arborista de este país con chapa de la International Society of Arboriculture, resumió los transplantes como “este horror” y avisó que los árboles a morir deberán ser vigilados para que no se le caigan encima a alguien durante una de las fuertes tormentas de estas épocas.