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Sábado, 14 de diciembre de 2013

Loco por América

El diseñador gráfico Sergio Pittaluga, uruguayo radicado en París, viene analizando desde sus propuestas gráficas la esencia y el sentir sudamericano.

 Por Luján Cambariere

Gracias al lado positivo de las redes sociales, que compensa el voyeurismo idiota que también proponen, nos topamos en Facebook con Sudamerican. Materialización de algo tan sentido por muchos de diversas maneras pero concretado por un diseñador gráfico uruguayo radicado en París que elige Sudamérica como tema de estudio. La conversación se impuso vía Skype, lo que permitió escuchar esa tonadita tan linda del otro lado del río, esta vez cruzando el ancho mar, y desandar así sus más recientes proyectos gráficos –”Pensando América”, “La mano de Dios” y “Uruguay dale una mano”, entre otros– que nos cuentan en imágenes. Series de dibujos que van directo a sangre.

–La idea es representar el subcontinente en una sola unidad y no dividiendo o subdividiendo. A partir del mapa de Sudamérica, de la forma del continente, realizo objetos, figuras, fauna y flora, conceptos o ideas en estrecha relación con la cultura latinoamericana. Crear conceptos gráficos, símbolos e ideas que transmitan la esencia cultural sudamericana. Este proyecto tiende a definir una cultura, en sus sentido más amplio, una cultura propia. El continente sudamericano vivió conjuntamente y casi simultáneamente todos los hechos que lo definen (implantación indígena, conquista, colonialismo, religión, independencia, desarrollo, dictadura, crisis económicas, emigración, inmigración, estabilidad política y social, corrupción). Simplemente un dibujo, sin darle un subrayo político o social, cada cual se hará su propia idea –adelanta Pittaluga.

Así, hay américas con forma de guitarra, piano, puma, de pareja bailando tango o sambando. “Por ejemplo, el dibujo de las bananas: un europeo pensará en el exotismo tropical, un neoyorquino en alguna referencia a Andy Warhol, otro hará un paralelo al período de repúblicas bananeras, mientras yo veo más una referencia a la histórica lucha agrícola contra la explotación humana en las fincas bananeras, desde la masacre de la Ciénaga, en Colombia, hasta hoy día con el comercio falsamente ‘justo’ que hace Max Havelaar”, detalla.

Sos uruguayo, lo cual suma un montón...

–País chico pero desparramado. En un momento éramos casi tantos adentro como afuera, por distintas razones. Y también por los orígenes. Abuelas acá y allá y esos lazos que te unen a Europa.

¿Cómo es tu historia?

–Viví un poco por todos lados porque mis viejos viajaban. Después, en los años de la dictadura, estudié en el Liceo de Montevideo y después un período en Bellas Artes y enseguida empecé a trabajar, porque había una urgencia con la prensa en ese período de trance democrático. Ahí aprendí el trabajo de diagramador en una revista de Uruguay y después, con objetivo de viajar, estuve en España y después apareció París y el resto se apagó. Se prendieron las luces acá y me instalé en el ’86 y empecé a trabajar en diseño gráfico en agencias de publicidad y en el ’95, al cabo de un tiempo, logré montar mi propio estudio, Sudsur (con clientes como Maison de la Culture du Japon à Paris, Centre National de la Danse, Pantin Communauté Européenne, Fonds Social Européen, entre otros) y al mismo tiempo yéndome hacia el sur, a Marsella, una ciudad preciosa que tiene algo de Montevideo –el mar, los plátanos y un poquito del desbole, más latina– y ahí desarrollé el estudio y también fui trabajando temas propios. Hoy mantengo el estudio y desarrollo mis propios temas, de los que ya llevo cinco o seis. Hay uno que hice hace algunos años, que se llama “Uruguay dale una mano”, que recibió un reconocimiento especial del Ministerio de Relaciones Exteriores –de la Dirección General para Asuntos Culturales y de la Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación, en diciembre del 2010–. Actualmente sigue siendo difundido en las escuelas públicas de Uruguay y representando el Uruguay en los eventos organizados por el secretariado uruguayo ante la Unesco (Francia). Esta obra intenta reflejar todos los tipos y todos los estereotipos del Uruguay, de los más anecdóticos a los más profundos, de manera muy simple y directa. Sólo un juego visual, donde la persona que lo ve, integra rápidamente los códigos de lectura. Los tres criterios son: la forma del Uruguay, la mano y los términos terminando todos en “al”. De esas manos hice más de doscientos.

¿Proyecto social?

–Era más desde el punto de vista de la colonia expatriada, de la diáspora uruguaya, por la que podés encontrar gente muy capacitada en la otra punta del planeta. Era un poco para tomar conciencia de que Uruguay necesita que esa gente vuelva de alguna manera a dar lo que el país le dio en los inicios de sus carreras. Concretamente, la falta de médicos, por ejemplo. Siempre desde un punto de vista muy sutil, muy rápido, en dos o tres palabras y un dibujo, generar una idea. Sin dar cátedra obviamente.

¿Por qué el uruguayo es así?

–Yo pienso porque es un país pequeño, entonces no podemos tener pretensiones. A mí me gusta mucho escuchar al Pepe, nuestro presidente, que se ha convertido en un ejemplo internacional. Vos vas a hacer un trámite acá y cuando ven que soy uruguayo me hablan de nuestro presidente, un icono de la democracia porque parece casi surrealista tener un presidente que va con poco. En Uruguay todos vamos a la misma escuela, así que hay un aspecto democrático desde el principio. Desde el banco de la primaria, donde todos somos iguales.

¿Qué otros proyectos le siguieron?

–Antes hice una serie sobre la prensa gráfica, que se llamó, en vez de “Newpapers”, “Old papers”, porque la idea era captar la instantánea de un diario donde los gráficos hacen un trabajo muy bueno sabiendo que eso va a ser desechado. Ese arte instantáneo, desecho de arte cotidiano, traté de hacerlo más perenne. Después trabajé en un proyecto al que apodé “Dios es argentino”, sobre los ídolos argentinos, haciendo un juego de palabras con todos: Maradona, Mercedes Sosa, Borges. El proyecto se llamaba “La mano de Dios” por esa famosa frase. Una Mercedes Sosa que “Sólo le pide a Dios” o el Che, que no quiere ser Dios. Con cada cual una frase pequeña. Como un aspecto de icono religioso. Ahora tengo que agregar el del Papa. Me encanta encontrar juegos. Y ahora estoy trabajando con Sudamérica, a mano alzada, simplemente lápiz y un poco de grafito, buscando otra vez una serie con una sola forma. Partiendo del concepto de que Sudamérica es una. Es una música, una unidad cultural, vivimos casi al mismo tiempo la instalación de los pueblos indígenas y de todos los eventos que fueron marcando nuestras civilizaciones, las dictaduras se instalaron todas al mismo tiempo, las crisis económicas.

La corrupción...

–Sí justamente. Yo eso lo asocio con otra parábola, que es que el avance de la ciencia podría ser una línea paralela a lo que es el avance de Sudamérica. Tuvimos que curar muchas enfermedades, plagas, logramos independizar nuestros países, avances económicos, pero nos queda un último y nuevo cáncer que es la corrupción. Y ése es el que tendríamos que estar combatiendo hoy. Puedo hablar horas de cada dibujo, pero la idea es que cada uno hable por sí mismo.

¿El Sudamerican?

–Lo hice con fondo azul para que quede más denso y le agregué unas sombras para que destelle un poco. Son satelitales justamente de este proyecto, que por ahora se llama “Pensando América”. Entonces es siempre América: con forma de guitarra, la cabeza de un indio, es una pareja bailando tango... Me gusta pensarnos así a pesar de todas nuestras dificultades. El Sudamerican es lindo porque les gusta a todos. También trabajé con la razón geométrica adaptada a mi tema. Es curioso saber que ya Da Vinci trataba de encontrar un racionalismo a lo natural, las proporciones y escalas de lo que veía las justificaba con cifras y algoritmos. Por eso también hice “La razón geométrica de Sudamérica”. Es mi teoría matemática de la forma del continente: partiendo de dos cuadrados con dimensiones proporcionales se obtiene la superficie exacta de Sudamérica. La fórmula es la siguiente: la razón geométrica es la comparación de dos cantidades por su cociente, donde se ve cuántas veces contiene una a la otra. Razón geométrica de Sudamérica: 12:2. Representa la razón de 12 entre 2 que es igual a 6 (12 tiene 2 veces 6). Por tanto, la razón geométrica de Sudamérica es 6, 12 su antecedente (12 triángulos iguales) y 2 su consecuente (2 cuadrados de la misma superficie que los 12 triángulos). Seis como el número de sílabas de América del Sur. Por último, también hice la Sudacabina, con la que pretendo retratar a muchos. Esta bueno tomar conciencia y unirnos.

Como ocurre por ejemplo con la música, nuevas generaciones de artistas que son amigos, mixturan, colaboran... Podríamos pensar en Drexler, Mosca y Johansen...

–Kevin justo es uno de los que hacen puentes entre culturas. Es tan simple. Acá en Europa no te catalogan por país, menos por provincia, cuando a veces nosotros pretendemos tanta separación. Para ellos somos todos sudamericanos. Nosotros tenemos etiqueta de Sudamérica y tenemos que reivindicarla. De eso se trata.

www.sursud.com.
www.daleunamano.info.
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