Los que aprecian el patrimonio edificado le tienen un especial cariño y se preparan a festejarle el medio siglo, este año. El World Monuments Fund nació para ayudar a que no se caiga la Torre de Pisa y siguió creciendo hasta operar en más de cien países y convertirse en un recurso básico para preservar edificios y artefactos culturales deteriorados por el descuido, la pobreza o la guerra. El Fund ya es famoso por su capacidad de asesoría y trabajo técnicos, por su buena cintura a la hora de reaccionar ante emergencias y por su lista de edificios en peligro, una herramienta útil para avergonzar gobiernos indiferentes, reunir recursos y conseguir resultados. El cumpleaños de esta ONG con oficinas en el Empire State de Nueva York tiene dos festejos fundamentales. Uno es la próxima edición de un libro de la editorial Rizzoli sobre sus trabajos y desafíos. El otro, no extraña, es un programa para restaurar y salvar cinco lugares simbólicos de la arquitectura y la cultura del mundo.
Según anunció la presidenta del Fund, Bonnie Burnham, la institución identificó los cinco lugares como especialmente valiosos para la cultura del mundo, y decidió ponerlos como prioridad para el trabajo del próximo quinquenio. Uno de los lugares son los jardines de estilo mugal en Agra, India, localizados cruzando el río Yamuna desde la famosa tumba del Taj Mahal y ahora amenazados por lo de siempre, la especulación inmobiliaria. Los jardines son una magnífica adaptación tardomedieval del estilo persa a las condiciones naturales de India y además ya son un recurso natural para una ciudad en crecimiento. El Fund firmó un acuerdo con el Archaelogical Survey de India y con la Escuela de Graduados en Diseño de la Universidad de Harvard para restaurar dos de los más importantes jardines del conjunto. Son el Jardín del Claro de Luna –Mehtab Bagh– y el jardín de la tumba de I’timad-ud-Daulah, que permitirán no sólo abrir nuevos espacios de verde urbano a los residentes permanentes sino ofrecer servicios a los muchos turistas que visitan el complejo.
La lista sigue en Camboya con el templo de Phnom Bakheng, uno de los más antiguos del conjunto de Angkor Vat, construido entre fines del 800 y principios del 900. El Fund lleva ya 25 años ayudando a restaurar y mantener estos templos, que están empezando a ser víctimas de su popularidad entre los turistas. El Phnom Bakheng es un lugar favorito para ver la puesta del sol, por su orientación y su paisaje inmediato, con lo que se satura de a momentos. El plan ahora es restaurar el edificio y crear un proyecto de manejo que permita que el turismo continúe sin deteriorarlo.
El tercer proyecto en carpeta es el jardín de Qianlong, en la ciudad prohibida de Beijing, China, uno de los trabajos más dinámicos del Fund. La primera fase de la restauración se completó en 2008 y hace seis que arrancó la segunda, un proyecto que se transformó en una verdadera escuela de técnicas para el Fund. Sucede que los jardines del viejo palacio imperial son una joya de peculiar lujo y complejidad, construidos a fines del 1700 para el emperador Qianlong, de la dinastía Qing. Los pabellones y edificios son de una materialidad maravillosa y una muestra de habilidad constructiva literalmente única. El Fund y el Museo del Palacio reclutaron artesanos de múltiples disciplinas tradicionales y entrenaron a una nueva generación de creadores y restauradores.
El proyecto continúa con la única pieza sobreviviente de la mítica Villa Farnese en el Palatinado de Roma. La rica y aristocrática familia se construyó, como otras de su clase, sus residencias sobre el centro de la Roma Imperial, con amplios jardines que luego fueron destruidos para excavar los Foros imperiales. Pero de los espacios de la Farnese sobrevivieron las pajareras, construidas en el siglo XVI, que hoy están en estado crítico de deterioro. La idea del Fund es restaurarlas junto a sitios adyacentes, de modo de crear un pequeño espacio de verde y descanso con vista a los Foros, y también un pequeño palimpsesto de épocas diferentes del lugar.
Finalmente, el World Monuments Fund intervendrá en la Quinta de Presa, un notable edificio en estilo rococó tardío en Lima, Perú. La quinta conserva sus edificios anexos originales y parte de su parque, y fue construida en el siglo XVIII por una prominente familia criolla. El gobierno peruano la compró en 1920, con lo que la villa fue usada como oficinas y otros destinos, con deterioros y cambios. Desde que apareció en la lista de edificios en peligro del Fund, en 2012, la institución prepara un plan con el Ministerio de Cultura de Perú y con el Patronato del Rímac para restaurarla y darle nuevos usos que no desvirtúen el conjunto. Parte de la movida es crear un atractor para el barrio del Rímac, que recibe poco turismo y tiene pocas alternativas culturales, junto a los parques del Paseo de Aguas y la Alameda de los Descalzos.
Para más informes sobre las actividades del Fund y este programa del aniversario, ver wmf.org, wmf50.org, twitter.com/worldmonuments y facebook.com/worldmonuments.
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