Hilar fino
Josué Visconti vuelve a producir diseños nacionales en telas de primer nivel, con mucho de sensibilidad y técnica, y toques de innovación.
Por Matías Gigli
Tras años de vender espléndidas telas italianas, Josué “Coco” Visconti vuelve al diseño y a la producción nacional. Por el obvio motivo que los precios de los tejidos europeos son ahora inaccesibles, el diseño textil dejó de ser una abstracción y pasa a ser una realidad.
No es un campo desconocido para los Visconti. Desde que Giuseppe, su padre, dejó Viggiú, pueblo cercano a Milán, rumbo a América, el mundo de los textiles es el eje de la vida de esta familia que ya lleva setenta años en el metier. Entusiasta, Coco entiende el diseño textil como una conjunción de libertades y compromisos, sabe como pocos que “pensar en telar es muy difícil”. El lo viene haciendo desde los siete años; su padre le fue enseñando de a poco a manipular una pieza de tela, a entender los secretos de un oficio antiquísimo.
Este nuevo desafío de producir telas nacionales no lo toma por sorpresa. Ya en la década del setenta, Visconti fue invitado por Basilio Uribe, entonces director del Centro de Investigación de Diseño Industrial del INTI, a representar a nuestro país en la Muestra de Artesanos de Alemania. Allí obtuvo el tercer puesto en el Premio Excempla.
Con mucho de autodidacta, Visconti no recuerda haber “aprendido” a tejer. Simplemente sintió un fuerte reencuentro con algo propio el día en que se sentó frente a un telar por primera vez. Ahora reedita viejos Damascos y Lampas junto con otros nuevos diseños. Admirador confeso de la obra de Frank Stella, acaba de producir un género rayado con espléndidos colores: es un jacquard en el que se complementan de maravilla rayas y colores, líneas moradas anchas separadas de una tierra verde por tres líneas de blanco. Después, otro blanco para separar al verde de su opuesto, el rojo. El diseño sigue alternando colores con un ritmo que tiene mucho de música.
Estos conocimientos son usados con una contundencia admirable para crear diseños que atrapan al ojo. Acá no hay texto, el material habla solo. El hilado es el soporte; la geometría da sentido al juego de los colores.