Sábado, 2 de agosto de 2003 | Hoy
La tercera Muestra de la Colección Permanente de Diseño Industrial del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires permite recorrer, hasta el 12 de octubre, el universo del diseño argentino de los ochenta y los noventa.
Por Luján Cambariere
Y se va la tercera. Con la curaduría del arquitecto Ricardo Blanco y la producción de la diseñadora industrial Patricia Lascano, se vuelve a editar en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires la muestra de la Colección Permanente de Diseño Industrial. El objetivo sigue siendo el mismo que convocó a estos profesionales en el 2001: un rastrillaje exhaustivo de productos emblemáticos del diseño argentino, para que ignotos y estudiosos de esta disciplina pudieran apreciar la vasta producción de otras décadas.
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“La primera muestra tuvo como objetivo principal la búsqueda
de los productos de diseño para empezar a recomponer nuestra historia
y, sobre todo, demostrar que existió una industria de la que el diseño
formó parte. Que hubo una época de oro que se podría decir
que arrancó con el Di Tella, y se afianzó en los ‘60 y ‘70,
ycomienza aromperse en los ‘80 con Martínez de Hoz”, explica
Lascano.
De esa primera pesquisa, en muchos casos, de tintes detectivescos, ya que los
llevó a fábricas abandonadas y servicios técnicos de viejas
empresas, se reunieron más de cien piezas que parten de 1938 a los ‘80.
“La consigna fue buscar los productos diseñadospor profesionales
que tuvieran una trayectoria en esta disciplina aunque no tuvieran una formación
académica específica”, suma Lascano. Así dieron con
los objetosde Fuerade Cajade Edgardo Giménez, el BKF de los arquitectos
Kurchan, Bonet y Ferrari Hardoy, las sillas de Herman Loos, el escritorio del
Banco Ciudad de estructura de hierro y tapa de madera calada del estudio Manteola-Sánchez-Gómez-Solsona-Viñoly
de 1968, el sillón Madrid de Horacio Baliero de 1971, las sillas Sat
apilables de madera, y los muebles de la Biblioteca Nacional de Ricardo Blanco.
Y creaciones de numerosas empresas como Aurora, Brauny Noblex, entre otras,como
las máquinas Cifra, las primeras calculadoras electrónicas argentinas
de Silvio Grichener para Fate Electrónica de 1972, las linternas Energizer
del estudio Kogan, Legaria, Anido de 1987, el radio receptor Tonomac de 1971
de Hugo Kogan, los televisores de Roberto Napoli (1969 y 1975) para Noblex y
un reloj con alarma de Mario Mariño para Braun.
Los ‘90
Lo que se busca
con los hallazgos de esta edición –piezas de los años ‘80
y ‘90 de diseñadores jóvenes, la mayoría formados
académicamente–, además de obviamente ir completando la colección,
es poner en evidencia “el esfuerzo de los diseñadores de la industria
en las últimas décadas del siglo XX, quienes en los comienzos
de la democracia arrancaron con grandes expectativas y que en la última
década, con la globalización que atomizó la producción
nacional, debieron redoblar su creatividad para poder sustanciar la disciplina”,
explican los mentores. “Es significativo el tipo de productos que se ve
en la muestra, ya que hay de tecnología compleja y de poca serie, pero
también elementos de la vida cotidiana de producción masiva. Esta
exposición, al igual que la anterior, trata de hacer evidente que esos
objetos anónimos tienen la paternidad de un profesional argentino, así
las estufas, las griferías, los muebles, los artefactos domésticos,
comienzan a tomar, desde nuestra cotidianidad, un lugar en el museo, pero al
que debemos verlo más que como una pieza del arte, como parte de la verdadera
cultura material que vamos creando todos los días.”
Entre las perlitas de la edición 2003 están el Pronto Wash, lava-autos
para garajes, de Miki Friedenbach; los calefactores Arcadia de Guillermo Portaluppi;
el banco Hoja; el papelero Trash y el banco Alfilde labendita entre tantos hombres,
la diseñadora Diana Cabeza. También hay griferías para
FV de Juan Caballero, los calefactores a gas Eskabe del estudio Kogan Legaria
Anido y la mesa copetinera de Alejandro Sarmiento, entre otros. n
La muestra es en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Mamba, San Juan 350, los días hábiles de 10 a 20, los fines de semana de 11 a 20. La entrada cuesta 1 peso, y los miércoles el acceso es libre. Informes al 4361-1121 o en www.aamamba.org.ar
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