Sábado, 1 de agosto de 2015 | Hoy
Más críticas al proyecto legislativo de espacios verdes que presenta el macrismo en la Legislatura.
Por Sergio Kiernan
La iniciativa del Ejecutivo porteño de legislar de nuevo todo lo que haga al manejo de parques y espacios verdes sigue despertando una fuerte oposición entre todos los que le presten la menor atención al tema. A la desconfianza generalizada a un gobierno que en ocho años perdió metros verdes en una ciudad muy, pero muy abajo del promedio que tendría que tener, se le suma la desconfianza a las promesas grandiosas que no se sostienen, algo habitual en el macrismo. El actual gobierno porteño es socio de las constructoras, vela por sus intereses y no piensa tomar el único paso que podría comenzar a hacer más habitable esta ciudad, el de ponerles serios límites. Con lo que vale no creerse que las plantaciones de árboles en veredas y hasta en calzadas, la construcción de plazas secas que se cuentan como espacios verdes –y no como espacios abiertos, que no es lo mismo– y la semipeatonalización de algunas calles sean alguna solución de fondo. Son parches para quedar bien, diapositivas en los PowerPoint que se llevan a los congresos internacionales.
Manuel Ludueña, de Buenos Aires Sostenible, acaba de circular una crítica detallada del COPE, el plan que presentó el ejecutivo a la Legislatura, explicando que se combinan o derogan siete leyes porteñas para imponer una suerte de plataforma muy difusa. El primer problema es que se desintegra la nomenclatura legal vigente, que es bastante estricta, para reemplazarla por un lenguaje generalizado, vago. En términos legales y jurídicos, no queda muy claro qué cosa son los “Nuevos Espacios Verdes” detallados como “Espacios Verdes de Proximidad”, “Grandes Parques Urbanos” y “Plazas Integradas” que crea el COPE. Estos objetos legales no se definen, como sí se definían hasta ahora cosas como cantero, plaza, plazoleta, parque, jardín y patio. De hecho, las leyes arrancaban definiendo qué catzo es un espacio verde.
Esta cómoda ambigüedad permitirá elegir dónde hacer algo y qué será ese algo, pero evitando críticas porque nada quedará realmente escrito. El ahora electo candidato Horacio Rodríguez Larreta dijo en este mismo suplemento que ni piensa gastar en comprar terrenos para hacer espacios verdes, sino que usará tierras públicas que cambien de uso. Este objetivo resulta dudoso, si se atiende la lucha de los vecinos de Floresta para lograr que parquizaran los bordes del ferrocarril y la constante vigilancia para que el mismo gobierno de Larreta no los ocupe con ferias o estacionamientos. Pero aun si lo cumpliera, la idea tiene trampita, porque permite sumar metros verdes pero en lugares donde no molesten al negocio inmobiliario. Una cosa es tener enormes espacios vacíos y llamarlos “parques” en Villa Lugano, otra muy otra es dejar de apoyar a IRSA en su empeño en hacer un megashopping en los terrenos ferroviarios de Primera Junta. Y no importa dónde hace más falta un parque...
Con lo que la terminología de crear un “sistema de parques a escala metropolitana” con el Parque Tres de Febrero, los parques de la Costanera Sur, la Reserva Ecológica y el Parque Almirante Brown suena a nueva etiqueta burocrática para espacios que ya existen. Y la pomposidad de hablar de “Conectores Ambientales” urbanos o regionales suenan directamente a sanata. Si se atiende en detalle a lo que cuesta y no cuesta, se nota que el principal parque que puede ganar esta ciudad es el que resulte de enterrar el Ferrocarril Sarmiento, una obra que si se realiza será federal y no porteña. De hecho, la Ars Sanática macrista se va anotar en la idea de terrazas verdes, arbolados de alineación, unidades de sustentabilidad básica y macromanzanas, etiquetas que van a permitir cosas como contar la calle Reconquista, peatonalizada y con algunos arbolitos, como espacios verde.
En resumen, escribe Ludueña, el proyecto es impreciso y fragmentario, distorsiona aún más el Código de Planeamiento Urbano, propone ideas jamás discutidas fuera del Ejecutivo, no avanza en nada en crear un modelo territorial de fondo y no aporta realmente a mejorar cosas como el calor y el humo de la ciudad.
En fin: es un perfecto pastiche macrista que no arregla nada pero permite dar contratos jugosos a los amigos de la industria mimada.
Y hablando de verde, los vecinos del maltratado Parque Chacabuco se movilizan mañana a las once de la mañana para defenderlo del estreno de esa idea siniestra, los bares en las plazas. Resulta que el macrismo, el actual y el del electo Rodríguez Larreta, defienden el proyecto como un agregado de “servicios” en los espacios verdes y afirman que lo hacen por pedido de los vecinos. Es curioso cómo el PRO afirma que escucha a estos vecinos, porque las entidades que los representan más directamente están absolutamente en contra del proyecto. De hecho, la Junta Comunal y el Consejo Consultivo de la Comuna 7 se expresaron “por unanimidad” y de forma “categórica” contra la idea de ponerles un bar en el parque. Y para más, mañana convocan más de veinte asambleas y ONG que también están en contra.
El Parque Chacabuco es un verdadero símbolo del descaso histórico con que se trataron los espacios verdes en esta ciudad. En 1903, cuando lo abrieron, tenían veinte hectáreas, de las que sobreviven apenas boqueando unas ocho. Las doce hectáreas faltantes se gastaron en nobles causas como abrir avenidas, crear vivienda subvencionada y vender espacios para financiarla. A las ocho manzanas de hoy hay que descontarles calles internas, cinco escuelas, un polideportivo, un centro cultural, un anfiteatro, un estacionamiento privado, un centro de vialidad, una estación saludable, un espacio pavimentado para entrar al subte y, ahora, un bar. Este abuso del Parque se corona con la autopista, herencia de la dictadura, pero muestra una continuidad histórica de lo más falopa: ¿para qué gastar en terrenos para escuelas, si está el Parque? ¿Por qué no concesionar un estacionamiento, si es espacio vacío? V. S. Naipaul contaba que su ciudad natal, Trinidad, se quedó sin plazas porque el gobierno construyó edificios públicos en todas con la explicación de que las plazas son del gobierno y por lo tanto se pueden usar para otras cosas...
La cita es mañana en la esquina de Asamblea y Emilio Mitre.
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