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Una de las dudas de esta vida es qué hacer con el llamado “arte conceptual”, tantísimas veces la simple cobertura de no saber dibujar, pintar o esculpir realmente. Este tipo de arte, y de artista, suele olvidar el precepto de Picasso, que siempre decía que para romper con los viejos maestros, los viejos conceptos y las viejas técnicas, primero había que dominarlos. El español dibujaba simple porque quería, no porque no podía hacer otra cosa.

Pero cada tanto aparece un concepto de arte que es realmente interesante e intrigante, una idea que encuentra un ángulo nuevo de las cosas. Es lo que anda haciendo la fotógrafa norteamericana Gail Albert Halaban, que va por aquí y por allá encontrando nuevas maneras de ver la vida urbana. Uno de los ejemplos es su trabajo sobre el pintor Edward Hopper, que no pintaba sólo espacios urbanos –sus paisajes rurales son famosos– pero retrató la vida en la ciudad como pocos. Albert Halaban buscó lugares que Hopper pintó y todavía sobreviven a la piqueta, y los retrató a su vez.

Desde hace un tiempo, la fotógrafa está haciendo algo todavía más original con su proyecto “desde mi ventana”, que tiene la característica muy importante de ser naturalmente participativo. Lo que hace Albert Halaban es parear vecinos que vivan ventana de por medio: uno ve por años a una familia hacer su vida, de ventana a ventana, a través de un aire y luz, o de una calle; a su vez, esa familia lo ve a uno cotidianamente. Ambas partes conviven largamente, pero nunca se presentan o conocen, y como hacemos en las ciudades, pretenden que el otro no está. El proyecto consiste en fotografiar esta convivencia urbana, de ventana a ventana, y agregar una presentación con ese vecino de enfrente.

El resultado es muy poético y un retrato de cómo se vive en las ciudades, como puede apreciarse en la página www.gailalberthalaban.com, que contiene amplias muestras del trabajo de Albert Halaban. La fotógrafa está planeando incluir a Buenos Aires en su trabajo y viaja a visitarnos en marzo. Con lo que abrió la invitación a sumarse a los porteños: quien quiera participar y piense que sus vecinos querrán hacerlo no tiene más que hacer una foto de lo que se ve desde su ventana y mandarla a [email protected] con un mínimo de información. La ventana de la foto puede ser cualquiera, alta o baja, en el centro o los barrios, modesta o lujosa, pero con vista a su vez a otra ventana o ventanas.