Adobe y tierra cruda
Un pequeño libro rescata este patrimonio, lo ilustra con ejemplos de Santa Fe y explica técnicas de restauración y preservación.
Por Matias Gigli
Antes de que el ladrillo monopolizara nuestra arquitectura con su uso casi exclusivo, la tierra cruda y el adobe cubrieron con excelentes resultados las necesidades constructivas en nuestro país. Dueña de una tecnología “blanda”, de bajo impacto y fácil asimilación al medio natural, esta técnica aún en uso proporciona excelentes resultados desde el punto de vista térmico y ambiental.
Más allá de las modas y el canto de sirenas de nuevos materiales, dos arquitectos santafesinos se involucraron en el estudio de la tradicional arquitectura construida en tierra cruda. Rubén Osvaldo Chiappero y María Clara Supisiche publicaron una sintética guía para entender los beneficios y metodologías de la construcción en tierra estudiando los materiales constructivos con sus características físicas, las principales patologías de estos materiales, las diversas formas de intervención para preservar las construcciones de tierra sin cocer, y una breve metodología para la preservación de los ejemplos en tierra cruda que aún quedan.
Este material lo volcaron en un breve libro de reciente aparición, Arquitectura en tierra cruda, editado por Nobuko. Con un prefacio de Bettina Kropf, arquitecta, magister en Restauración de Monumentos (UNAM, México), el libro además de introducir a las técnicas del adobe y la tierra cruda, documenta obras santafesinas que ilustran esta forma de construir. Están como ejemplos la iglesia y convento franciscanos, y la casa de los Aldao, ejemplo del siglo XVIII con un espléndido balcón extendido a modo de galería en el primer piso y techos de teja colonial que combinan la madera con las blancas paredes pintadas a la cal. También está la casa de los Diez de Andino, que a pesar de haber sufrido en sus 250 años de existencia la mutilación de parte de sus quince cuartos originales, mantiene parte de una galería en forma de ele, sustentada con pilares de madera dura local.
La obra es a la vez un argumento por la preservación de este tipo de arquitectura indudablemente patrimonial, y de sus técnicas originarias.