A la Bienal desde la SCA
Por Matías Gigli
La Cancillería se decidió a dar un golpe de timón en el próximo envío argentino a la Bienal de San Pablo. El año pasado sucedió la bochornosa selección a la Bienal de Venecia, organizada desde la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, en la que sólo figuraron arquitectos de los grandes estudios porteños y los profesionales más cercanos al decanato de la FADU. Este año, la embajadora Gloria Bender, secretaria de Asuntos Culturales, y Andrea Rovelli, subsecretaria, decidieron firmar un convenio con la Sociedad Central de Arquitectos para que organice una convocatoria abierta a todos los profesionales del país que sean miembros de las entidades adheridas a Fadea.
La curaduría del envío de la SCA estará a cargo de Daniel Silberfaden y de un equipo de coordinadores formado por Hernán Bisman, Paula Lavarello, Roberto Busnelli, Enrique Longinotti, Silvio Fischbein y Gastón Atelman.
Esta sexta Bienal de Arquitectura de San Pablo comienza el 8 de octubre y permanece abierta hasta el 11 de diciembre. El tema convocante será “Vivir en la ciudad / Realidad - Arquitectura - Utopía” y el tema está planteado desde el equipo de curadores brasileños Pedro Cury y Gilberto Belleza.
La convocatoria, que será lanzada próximamente, tiene la intención de generar un paneo de arquitectura en nuestras ciudades, mostrando los espacios públicos y la vida cotidiana en contrapunto con los envíos de arquitectura de firma que dejaban afuera tanto a la gente joven como al grueso de los profesionales del interior del país.
Esto va en sintonía con la convocatoria, que acentúa la idea de enfocar los envíos sobre temas que por su amplitud y profundidad “crearán las condiciones –no sólo para los arquitectos y urbanistas sino para todos los otros sectores de la sociedad moderna– de debatir y reflexionar sobre los conflictos y el difícil arte de vivir en las ciudades contemporáneas, principalmente en las grandes metrópolis”.
Cury y Belleza convocan a desarrollar temáticas metropolitanas y a pensar que “habitar en la ciudad hoy comprende no sólo la vivienda, sino sus extensiones y los complementos urbanos que se hacen necesarios”.
“Entendemos también que el vivir está íntimamente ligado con la ciudad real. Ciudad resultado de un crecimiento desordenado, presionado por las nuevas exigencias de su población, a su vez fruto de la velocidad de las transformaciones que viene sufriendo la sociedad. Las reales necesidades de la sociedad impulsan y estimulan el crecimiento de las ciudades, con frecuencia contraviniendo legislaciones que no consiguen acompañar sus transformaciones. La aceptación de la ciudad real como hecho consumado, que se empeña en crecer paralelamente la ciudad legal, facilitará la comprensión de los mecanismos que impulsan el desarrollo de los grandes conglomerados urbanos.”