Sábado, 16 de julio de 2005 | Hoy
Por Matías Gigli
Rosa Aboy acaba de publicar un trabajo de investigación, e incursiona desde lo urbano, lo político y lo social en un barrio de viviendas de interés social del primer peronismo. Su libro Viviendas para el pueblo, espacio urbano y sociabilidad en el barrio Los Perales 1946-1955 fue editado por el Fondo de Cultura Económica y con el apoyo de la Universidad de San Andrés. El interés de esta arquitecta volcada hacia el lado de la historia, estudiar el barrio obrero de Mataderos, tiene un origen literario y se refiere a las leyendas acerca del uso y deterioro provocado por sus dueños al ocupar las unidades. A estas leyendas negras, como las llama Aboy, surgidas con la llegada de los “cabecitas negras” y su confrontación con la clase media del barrio, Aboy destina un capítulo del libro marcando su interés por cruzar la vida privada con las políticas de vivienda social por parte del Estado. El trabajo contiene mucho material testimonial de los vecinos que la autora pudo entrevistar y está dividido en tres temas: el problema de la vivienda, la construcción material y simbólica del barrio y la sociabilidad vecinal y vida doméstica. El libro empieza bien, interpolando la historia italiana con la nuestra y tomando una película que todos recordamos, Una giornata particolare, de Ettore Scola, en la cual se distinguen claramente tres personajes de igual intensidad protagónica. Son Sofia Loren, Marcello Mastroianni y el conjunto de viviendas sociales en el que habitan y se muestra en todala película. Además, las figuras de Hitler y Mussolini enmarcando el momento histórico. Rosa Aboy siguió esta línea, se enfrentó con personas de carne y hueso, y tomó registro de sus recuerdos. Este libro es en sí un documento de la leyenda peronista y la leyenda gorila.
Un entrevistado, Horacio Beneventano, nacido en 1937 en los terrenos que actualmente ocupa Ciudad Oculta, hoy cuida la pileta del Barrio Los Perales. Argumenta Beneventano: “Eso del parquet, los gorilas lo dijeron porque este barrio es peronista... y es una cretinada. Ellos decían que se plantaba perejil en las bañaderas y aquí nunca hubo bañaderas. Lo que pasa es que Rojas decía que este barrio era un nido de ratas peronistas. “Otro testimonio es el de Ofelio Veccio, autor del libro Recorriendo Mataderos, donde diserta: “Al principio vinieron los coyas. Una serie de indígenas que vinieron a Buenos Aires, porque en el campo no se trabajaba y la gente venía a encontrar trabajo y aquí había de todo. Entonces, les daban esos departamentos, que están bien hechos, y ellos nunca habían visto un departamento”. Entre estos dos testimonios Rosa Aboy recorre un trabajo interesante, en el cual entrecruza tanto las políticas de gobierno que también rondaron desde el lote individual y el chalet propio con los monoblocs, ambos concretados en el gobierno de Perón y de muy distinto perfil tanto político como social. El libro se ilustra con las láminas editadas por los diarios de la época, con documentación gráfica de plantas y con fotos del momento de la obra del barrio.
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