Sábado, 22 de octubre de 2005 | Hoy
PROYECTO
Por Matías Gigli
En un marco rural de Balcarce se llamó a proyectar un nuevo edificio para el INTA, para cubrir los requerimientos experimentales de la zona. Esta estación, que ya cuenta con numerosas construcciones, tendrá nuevos laboratorios y un marco de acción integrada para poner a disposición de los investigadores. Julián Sirolli y Claudia Resta, que dirigen el taller de arquitectura IV en la cátedra de Jorge Moscato en FADU, ganaron el Concurso Nacional de Anteproyectos para el edificio del área de investigación en agronomía de la estación experimental agropecuaria en Balcarce. El concurso fue organizado por el Distrito IX del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires y tuvo el auspicio de Fadea.
Hubo veintiséis propuestas vistas por el jurado: Antonio Mandiola, Manuel Torres Cano, Sara Braillard Poccard y Alvaro Arrese, además del ingeniero Víctor Pereyra por el INTI.
El trabajo ganador se organiza alrededor de un claustro con una galería perimetral. El edificio tiene una escala acotada que propone la resolución del programa en planta baja. El jurado consideró que este y la imagen neutra del edificio le permite dialogar de un modo tranquilo con el entorno natural y construido. El edificio se materializa como una barra compacta de alto rendimiento y bien dimensionada que estructura con flexibilidad casi todo el programa envolviendo el patio.
En el tramo este se ubican el acceso principal, la administración y las dependencias de posgrado. Además se prolonga naturalmente hacia el patio por un generoso alero que cobija al auditorio y a la cafetería, reforzando el carácter comunitario de este espacio. Los laboratorios se complementan con patios interiores que permiten su iluminación y ventilación natural, generando un ambiente adecuado para desarrollar las actividades coincidiendo con perforaciones transversales que permiten un buen abastecimiento perimetral de servicios para todos los laboratorios. Por otro lado, las circulaciones están bien dimensionadas dentro de un esquema de gran racionalidad.
A todo esto, se le agrega la voluntad de resolver los requerimientos energéticos y ambientales con el uso de molinos generadores de energía entendiendo la necesidad de contar con una energía no contaminante y renovable, la que se complementa con colectores solares.
El segundo premio fue para Rubén Zoppi, Susana Mastaglio, Germán Pastocchi y Roberto Fernández. El tercer premio fue para Mauro Romero, que ya lleva con éste cinco terceros premios consecutivos. La primera mención fue para Luis Banini y Gisela Bustamante, y la segunda para Antonio D’Orso y Juan Manuel Escudero.
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