Ya desde el catálogo oficial del Salón de Diseño que se celebra dentro de Movelsul, una de las ferias de muebles más importantes de Latinoamérica, se aclara su carácter industrial. Ivens Fontoura, diseñador, docente y autor del libro Uma História do Design Latinoamericano, recientemente editado en honor al décimo aniversario del salón (la feria va por la 15ª edición), detalla que el certamen no apuesta a los proyectos anclados en la vanguardia. La orientación apunta a la mayor identificación con el medio productivo. En otras palabras, busca la mejor adaptación tecnológica y potencialidad comercial. Un suculento premio (60 mil reales), así como la posibilidad concreta de producir y comercializar las piezas vuelven atractivo el concurso para diseñadores de toda América. Este año se presentaron más de 1100 trabajos de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador, Colombia y México, entre otros, y fueron dos diseñadores industriales platenses –Martín Favre y Néstor Bertotto– quienes se alzaron con el primer premio que, a la usanza brasileña, apodan el Gran Premio.

La feria

Movelsul se realiza en Bento Gonçalves, estado de Rio Grande do Sul, uno de los mayores polos muebleros de Brasil. La feria, ocupa el segundo parque de eventos más grande del país con 50 mil metros cuadrados de área construida. “Hace veinte años, la feria comenzó a construir un puente entre diseñadores e industriales a través del salón que, edición tras edición, viene creciendo en forma sorprendente. Su mérito es haber colocado en un extremo a los diseñadores y en el otro a los industriales, e hizo que ambos caminen hacia el centro. Además, cada año pasan por la feria alrededor de 30 mil visitantes en un contexto realmente productivo, ya que en esa zona funcionan más de 400 fábricas de muebles. La envergadura de la exposición y la seriedad con que se manejan hacen que hoy sea un referente de la región”, explica Eduardo Naso, diseñador industrial, docente y jurado en seis oportunidades del concurso, quien actualmente se encuentra participando en el armado de las bases de un nuevo salón design que sumarán el año próximo dedicado a muebles de alta gama, luminarias y objetos llamado Casa Brasil.

Los premiados

“Partimos de la necesidad de hacer un producto para exportar. Un sistema donde se redujeran las dimensiones del embalaje para facilitar su traslado, mejorar su estado y armado. Ese fue nuestro objetivo y por ese camino llegamos a la silla”, cuenta Favre. La apodaron Cruz Latina porque está hecha en materiales autóctonos –maderas de guatambú, lenga o guindo y cuero con costuras a la vista–. Pero lo más interesante es que se arma (ensambla) con un solo tornillo (aseguran en 30 segundos), viaja en una caja pequeña de 60x70x7 cm, con lo que existe la posibilidad (también probada) de que entren 43 sillas en un metro cúbico. “Además es muy fácil de producir. Simplemente se reúnen las partes que pueden llegar de distintos productores –el que hace las patas, el de la estructura de varillas de acero de alta resistencia y el cuero– a la hora de embalarlas”, explica Favre. Y continúa: “Cuando otros diseñadores estaban viendo cómo mandar sus piezas al concurso, nosotros lo hicimos simplemente en una caja por correo. Ahí ya empezamos a experimentar sus ventajas. Después, estando en marzo allá en la feria, hasta el director del encuentro nos manifestó sus ganas de producirla y nos hizo el nexo con una importante consultora de diseño que vincula diseñadores del mundo con productores brasileños”. “La madera, el acero y el cuero fueron usados en esta silla en pleno equilibrio y armonía. El producto es extremadamente bien producido, tanto en lo que se refiere al aspecto formal como al tecnológico. El contraste establecido entre la pintura negra de la base, el brillo del acero y la tonalidad del cuero proporcionan un lenguaje comercial actualizado. El uso adecuado del cuero, con la costura muy bien ejecutada, deja registrada la marca de una identidad regional. La facilidad encontrada en el producto para ser armado denota la preparación para la exportación, pues el mueble puede ser acondicionado en una caja de cartón que ocupa un espacio entre 10 y 15 por ciento del volumen total de la silla. El ensamblaje es efectuado por medio de un único tornillo central localizado debajo de la silla para fijar la base de madera al plano del asiento que, a su vez, aprisiona la estructura metálica del respaldo. El contraventamiento es perfecto”, resume de nuevo desde el catálogo Fontoura y la dupla agradece, mientras comienza a agrandar la familia a una banqueta, sillón, mesa y taburete

* Movelsul: www.movelsul.com.br.
Cruz Latina: www.cruzlatina.com.ar - www.estudiofavre.com.ar - www.mercurio-rotulos.com.ar