Cuando Jorge Telerman presentó ante la Unesco su propuesta de Paisaje Cultural de la Humanidad, estaba tirando dineros públicos y tratando de lucirse mostrando iniciativas culturales que no rozaran siquiera algún interés material. Como se sabe, el empresario de espectáculos y sus Chicas Superpoderosas nunca se interesaron por mantener en su lugar viejos ladrillos, no sea que alguien se enojara. Los ciudadanos que no supieron representar los pusieron en su lugar en las elecciones de junio, que perdieron como en la recontrarrequeteguerra. Y ahí quedó el Paisaje Cultural, caro y bobo.
Pero resulta que el mundo de la política se toca todo el tiempo con el de la ley, y el Paisaje mal que mal ya tenía entidad legal, que es una manera de existencia. Por eso fue reciclado para esta ley de protección patrimonial y por eso, al fin, hay que aprenderse sus límites. Por un año, hasta fines de 2008, nadie podrá demoler nada edificado antes del 31 de diciembre de 1941, sin seguir el trámite que crea la nueva ley. Es de particular importancia pedir la catalogación de los edificios históricos y patrimoniales que se incluyen en esa región y que están explícitamente mencionados.
El Paisaje es estrictamente costero. Arrancando por el Sur toma toda La Boca desde el borde del agua a las vías del viejo Roca, la calle Palos doblando por Pi y Margall, y ahí subiendo hasta Bolívar. La línea se hace más fácil, derecho hasta San Juan, donde sube hasta Salta. Por Salta, llegamos a Alsina y ahí, en Congreso, el polígono entra tierra adentro por Alsina hasta Pozoa, sigue por Riobamba y vuelve a bajar por Perón. En Uruguay, la línea dobla y sigue hasta Córdoba, donde baja por Córdoba hasta Libertad y por ahí hasta Quintana.
Mientras, en la costa, el Polígono toma toda la Reserva Ecológica y sigue nomás el agua hasta llegar a Retiro, donde toma por Inmigrantes y sube hasta las vías del ferrocarril Mitre, de modo de no meterse con las terminales ferroviarias y la Costanera, lo que seguramente tocaría futuros desarrollos inmobiliarios de los que aterran a Telerman. La línea seguirá, como veremos enseguida, por las vías del Mitre y luego del Belgrano, hasta La Pampa.
Tierra adentro, la línea sube por Quintana, dobla en Callao, sigue por Las Heras, vuelve a doblar en Austria hasta Pacheco de Melo, vuelve hacia la costa por Sánchez de Bustamante hasta Las Heras, rodea el parque por Coronel Díaz, Juncal y Salguero, y baja derecho hasta Libertador. Por ahí sigue hasta República de la India y vuelve a doblar tierra adentro, cosa de proteger el zoológico y la Rural, haciendo un gran cuadrado por Las Heras, Siria, Santa Fe y Kennedy. Ahí retoma Libertador hasta Belgrano, abarcando todos los bosques de Palermo. Da una nueva vuelta tierra adentro por un rectángulo que toma Teodoro García, Sucre, Cabildo, Mendoza y las vías del Mitre, y se vuelve al río por La Pampa.
En total, 2328 manzanas urbanas o de parque, un enorme universo que no podrá ser protegido si sus habitantes no comienzan a pedir como ciudadanos que se incluyan los edificios en el catálogo.
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