En el fárrago de medidas positivas –qué raro es dar buenas noticias en el tema patrimonial– votadas por la Legislatura quedaron en el camino dos que afectan a ese objeto urbano tan querido, el pasaje porteño. Uno es el pasaje Portugal, a metros de Parque Centenario, que quedó protegido en el paquete que limitó las alturas en Caballito Norte. La diputada porteña Beatriz Baltroc estaba particularmente preocupada por este pasaje porque ya estaba en andamiento un edificio de siete pisos que iba a destruir completamente sus proporciones. No ocurrirá, porque el Portugal queda comprendido en una zonificación de 10,50 metros. Baltroc festejó también la aprobación de su proyecto de protección del pasaje Volta, que corre de Luis María Campos a Arce, a metros de La Imprenta. El proyecto declaraba el pasaje como Distrito de Arquitectura Especial, con alturas limitadas a siete pisos. La ley de Baltroc refleja el amparo presentado por los vecinos del lugar, que bloquearon la construcción de una torre mucho más alta, que ahí está paralizada en el Volta.