La restauración de fachadas de la Catedral de San Isidro está empezando a completarse. Como mostramos en nuestra edición del 15 de mayo, los laterales ya estaban listos, con sus sistemas ornamentales –demolidos hace muchos años– reconstruidos, sus superficies limpias y restauradas, y sus miles de metros de juntas en relieve intactas. En estos días, se despejó de andamios el cuerpo central de la torre y sólo queda el obrador sobre un lateral. A los fondos, ya está muy avanzado el trabajo sobre la fachada de la casa parroquial que, como el resto del templo, pasó de ser un objeto gris y maltratado a mostrar sus lindos y vibrantes colores. Los que pasen por San Isidro ya pueden apreciar la belleza y movimiento de la Catedral, un edificio de particular elegancia y complejidad, casi totalmente recuperado en su exterior.