ARIEL MINIMAL, SOLO POR UNICA VEZ
No me den importancia
No para: cuando tuvo un hueco en la agenda de Pez, grabó un disco solista en quince días. Mañana lo presentará en su primer (y único) show como tal, al frente de una banda de amigos. “A veces, está bueno traicionarse”, reflexiona el guitarrista.
› Por Javier Aguirre
Aunque, según Ariel Minimal, un hombre solo no puede hacer nada, él hizo mucho. Su primera experiencia pública fue su banda Martes Menta; género sónico, o nuevo rock argentino de los noventa. Su proyecto de vida a nivel musical fue y es Pez; rock progresivo, personal y de especial cuidado instrumental. Su máxima exposición pública ocurrió en el mainstream del rock latino, cuando se incorporó a Los Fabulosos Cadillacs, cual número diez de equipo chico que llega como refuerzo para jugar de guitarrista en (algo así como) Los Galácticos del rock de acá. Luego conformó el trío Flopa-Manza-Minimal, en el que cultivó el formato de canción despojada y folk con el que recogió aplausos y buenas críticas. Pero, hombre de volantazos al fin, Ariel se encontró con una inesperada enfermedad de su baterista previa a la grabación del próximo disco de Pez, una suspensión de las sesiones, y aprovechó ese hueco de agenda para, en sólo quince días y casi sin planificación, grabar su debut como solista, Un hombre solo no puede hacer nada.
“El título lo saqué de un libro de un escritor esotérico que se llama Gurdjieff, que habla del valor de aprender en grupo; y es una ironía sobre esta situación de solista y todo lo que ella enmascara”, dice Minimal. “Es una forma de restarme importancia, un antídoto contra todo lo que se puede pensar de un solista o de una carrera solista.” O sea que el plan solista no pone en riesgo la continuidad de Pez ni del trío. “Pez es una banda a largo plazo, mientras que la experiencia del trío se parece más al disco solista, porque depende de casualidades, de devenires. Ahora sale un disco solista de Flopa, por ejemplo. Lo único definitivo es Pez, que tiene un carácter definido y una identidad forjada, más allá de que no sea rígido y de que esté bueno, a veces, traicionarse. El disco solista me llevó dos semanas, y podría haber grabado cualquier cosa, lo que se me hubiese antojado. Sólo le robé una canción al disco de Pez, Recordar es aprender. Y metí seis canciones nuevas, que son más pop; y el pop no es la mejor ropa para Pez. El disco solista tiene otro estado de ánimo, otro grado de seriedad, un perfil cómico que en Pez no me permito. Hay un tema que se llama Canción para el día que muera Elton John, y la imaginé para que esté lista y grabada para que las radios, el día que muera Elton, ya la puedan pasar. Es una balada cínica y con un piano maricón. A lo Elton.”
Las mismas casualidades de agenda que lo llevaron a encontrarse grabando un álbum en solitario, lo llevarán mañana a debutar como solista en vivo. Será dentro del ciclo de presentaciones de discos independientes Nuevo!, que organiza la Secretaría de Cultura de la ciudad. “Va ser mi primer show solista, y seguramente el único”, advierte Minimal. “Armé una banda para la ocasión, Los Ortodoxos, con los que voy a tocar temas del disco, del trío, covers y sorpresas.” Los Ortodoxos son Martín Méndez y Hernán Espejo (de Dragonauta y Compañero Asma, en bajo y guitarra), Fernando Minimal (de Soma, en batería), Juan (de París 1980, en teclados y guitarras), Pepo (tecladista de Pez, en piano eléctrico) y el ex Cadillac Toto Rotblat (percusión). La participación de Rotblat suena a único resabio Cadillac en la vida musical actual de Minimal. “Algunas cosas quedan, en el último disco de Pez hay un candombe, aunque filtrado a nuestra manera. Y Toto también tocó en el disco solista. Seguramente la experiencia cadillac salpicó a Pez. Pero no fue a nivel compositivo. En la música, me siguen atrayendo la disonancia y la agresión.”