Toti, carismático cantante y creador de Jóvenes Pordioseros, socializa orgulloso el contenido del casete que está escuchando en su walkman: cumbia villera. Chori, baterista oriundo de Lugano, admite su inclinación por La Nueva Luna, y Pedi, guitarrista con remera de Deep Purple, reparte gustos entre Los Lamas, Peteco Carabajal y el tango. “En el bondi de la banda tenemos una especie de winco que soporta lo que pongas: viene uno y manda Soda Stereo, después otro mete a Peteco, Julio Sosa, los Gardelitos o un compilado bufarra de los ‘80. Nos clavamos un par de fernets, ponemos eso y salimos despegados... No podés estar todo el tiempo escuchando rock”, dice Chori. Conclusión, entonces: Jóvenes Pordioseros no es lo que parece. Parece una banda rolinga que puja por ocupar el hueco dejado por Viejas Locas y que, de paso, glorifica los excesos, la cerveza y los códigos barriales. “Si traés a Jagger y le decís que nosotros somos los Stones de acá, el tipo dice: ‘Me voy’”, imagina Chori e inmediatamente abre la discusión. “En realidad, nunca fuimos stones –afirma Toti–, creo que no sabemos tocar ese estilo. Nosotros hacemos el rock que nos sale.” “Lo stone en la Argentina es un modo de ser, una cosa popular que se engancha con lo visual: las banderas, las bengalas, el agite de la gente, el clima previo. Ni acá ni en el mundo existe una banda que suene como los Stones, salvo los Ratones en la primera época”, completa Pedi. ¿Entonces dónde se origina la confusión? ¿Por qué muchos piensan a Jóvenes Pordioseros como parte de la patria stonera argentina junto a Motor Loco, La 25 o Guasones? Responde Toti: “Yo creo que es cultural. Sos stone porque tomás una cerveza en la esquina y cosas así. Hablamos de noche, vicio y mujeres. Lo nuestro es para nada rebuscado, no hay mucha filosofía... es rock and roll, lo único que nos sale. No pensamos demasiado”, concluye Toti.

Jóvenes Pordioseros presenta Vicio éste sábado a las 21 en República Cromañón (Bartolomé Mitre 3060).