ENTREVISTA CON JON SPENCER
Menos Blues y más Explosion
El creador del flamante Damage siente que hace un tiempo abrió un camino, aunque el éxito se lo llevaron bandas como White Stripes y Yeah Yeah Yeahs. Spencer regresa con un mix de soul, hip hop, dub, pop radial y dispara contra Bush: “Uno no se siente muy bien estando en este país”.
› Por Roque Casciero
Van apenas unos segundos del primer track y Jon Spencer grita el nombre del nuevo álbum de Blues Explosion: ¡Damage! Y el piso tiembla a puro rock’n’roll sucio y desprolijo, como corresponde. La batería de Russell Simins empuja para salir de los parlantes, mientras las guitarras de Judah Bauer y Spencer batallan entre riffs y arreglos. De pronto, una fiebre breakbeat se apodera de la canción, que se convierte definitivamente en otra cosa. “Otra cosa”: buena frase para definir al disco en el que el trío neoyorquino abandona los trucos del “blues hecho por punks” y el “rock sin bajo”, y amplía sus horizontes con una pequeña ayuda de DJ Shadow, Dan The Automator (Gorillaz), la cantante de Tricky Martina Topley-Bird, el rapero Chuck D y el endemoniado saxofonista James Chance.
En cierto sentido, Damage recuerda a Acme, el disco que la banda, entonces llamada Jon Spencer Blues Explosion, publicó en 1999. Pero si aquel trabajo era casi un álbum de remixes sobre las grabaciones terminadas del trío, en éste se valen de los invitados para generar doce tracks en los que el rock se baña de soul, hip hop, dub, aires de Nueva Orleans y hasta pop bien radial. “Siempre tratamos de hacer cosas diferentes, pero no son cambios tan radicales”, se ataja Spencer a través del teléfono. “En algunos temas de Damage volvimos a trabajar con Steve Jordan (productor de Plastic Fang, su disco anterior), por ejemplo. Para mí es agradable no hacer el mismo disco una y otra vez, poder experimentar e intentar cosas diferentes, pero es importante que la gente entienda que en el tiempo que pasa entre un álbum y otro, nosotros aprendemos mucho. En este disco, el foco está puesto en la presentación de las canciones. Si hubo algún enfoque estilístico en términos de producción no fue que un determinado sonido fuera cool sino que le sirviera a la canción. Creo que Damage es muy fuerte en cuanto a cómo presentamos nuestras composiciones y por eso funciona muy bien como un todo.”
–¿Qué importancia tuvieron los productores en un disco así?
–Fue muy importante. Al trabajar con gente como Steve, DJ Shadow o David Holmes, lo que nos interesaba era hacer una colaboración. En el mismo sentido en que no queremos que ellos aplasten totalmente a Blues Explosion imponiéndonos sus ideas, tampoco queremos mantenerlos lejos de la cocina. Lo que queremos es trabajar con ellos.
–En el disco, decís: “El blues todavía es número uno”. Sin embargo, Damage es lo menos blusero que hicieron.
–Cuando digo: “Blues is number one”, me refiero a la banda (se ríe). Pero sí, estoy de acuerdo en que no es nuestro disco más blusero. De todos modos, siempre tenemos algo de esa influencia.
–¿Fue una decisión consciente ampliar el rango estilístico?
–No, nunca nos sentamos antes de empezar y dijimos: “Ey, ampliemos el rango”. Simplemente sucedió cuando escribíamos las canciones. Grabábamos en el estudio que Russell tiene en Nueva York, estuvimos ahí diez o doce semanas, y compusimos mucho. Es probable que hayamos escrito tres o cuatro álbumes, no podíamos parar. Quebramos muchas barreras propias y llegamos a canciones que de otro modo nunca hubiéramos hecho.
–¿Cómo traducen en vivo el sonido del disco?
–Salimos simplemente nosotros tres, dos guitarras y batería, como siempre. Suena diferente, pero nadie se ha quejado. El disco es un disco, el concierto es otra cosa. Ojalá podamos mostrárselo a nuestro público argentino.
–¿Planean regresar?
–Estamos haciendo los planes, nos gustaría mucho volver. No recuerdo mucho del concierto, pero sí que Buenos Aires era hermosa.
–¿Por qué decidieron sacar tu nombre del de la banda?
–Fue idea mía, sentí que era lo correcto. Hace trece años que somos una banda y no hemos pasado por cambios sustanciales en el último tiempo: escribimos canciones, grabamos discos y hacemos shows de la misma manera.Y siempre estamos ahí, juntos, entonces sentí que era lo correcto. Siempre dije “Blues Explosion”, así que ahora sólo lo hice oficial.
–Pero, ¿no pensaste que tal vez alguna gente podía confundirse?
–Sí, quizás alguien se confunda. Puedo entender que tal vez no sea lo mejor en términos de marketing, pero en el pasado eso nunca nos ha detenido (se ríe).
–En el 2002, ustedes publicaron Plastic Fang, que no recibió buenas críticas. Y, al mismo tiempo, todo el mundo pareció enloquecerse con bandas como los White Stripes y Yeah Yeah Yeahs, que obviamente escucharon a Blues Explosion y que tomaron la idea de una banda de rock sin bajo. ¿Cómo te sentiste en ese momento?
–Por supuesto que quiero gustarle a todo el mundo y las críticas negativas siempre duelen un poco, aunque en ese momento no fue tan malo. Lo que me sorprendió fue que cuando salió Damage muchas críticas se tomaban tiempo en hacer mierda Plastic Fang. Creo que ese disco no fue comprendido, que la gente se sintió confundida porque Blues Explosion hiciera un disco tradicional de rock’n’roll en ese momento.
–¿Qué pensás de esas bandas?
–Me siento orgulloso de ver que hay grupos que tomaron algunas lecciones de Blues Explosion (se ríe). Pero también sería agradable tener un éxito parecido al que tienen ellos.
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