ENTREVISTA EXCLUSIVA CON THE ALIENS
He aquí un caso en que la psicodelia se pone al servicio de los sonidos interestelares: astronomía para perros, funky para platos voladores, curioso interés por el mundo ET. Todo eso sucede en The Aliens, algo así como el after psiquiátrico de Gordon Anderson (ex The Beta Band).
› Por Roque Casciero
“We are the Aliens, we are the Aliens” (“Somos los Aliens”): el corito repetido al final de Setting Sun, la canción que abre Astronomy for Dogs, es un mantra que anuncia la llegada a la Tierra de la canción de unos extraterrestres dispuestos a conquistar a todos con sus melodías. Ojo, no es que no los conociéramos de un encuentro cercano anterior: el tecladista John Maclean y el batero Robin Jones fueron parte de The Beta Band, un grupo que, durante los ‘90, consiguió que la psicodelia se pusiera a saltar sobre beats de hip hop. El tercer miembro de The Aliens, Gordon Anderson, había estado involucrado con los Beta en el primer EP (y la mitad del segundo) que hicieron éstos, pero debió recluirse en un psiquiátrico durante unos cuantos años.
En ese tiempo no paró de hacer música, y su hermano le publicó las canciones con un costado más folk bajo el nombre de Lone Pigeon. Pero ni Anderson ni sus ex compañeros, que habían quedado tocados por la implosión de Beta Band, querían volver a armar una banda. ¿Cómo fue, entonces, que ahora existe The Aliens y que tiene uno de los mejores discos de 2007? “Por Gordon”, le explica Maclean por mail al NO. “Ibamos juntos a la primaria y conocimos a Robin en la secundaria, así que tenemos toda una vida juntos. Decidimos hacer un EP para divertirnos, que fue Alienoid Starmonica, pero no pensamos en que íbamos a formar una banda. De hecho, todavía no nos vemos de ese modo sino que simplemente somos amigos que hacen música, películas, cuadros...”
El plan, entonces, es que no hay plan: relajados, los Aliens construyeron su “astronomía para perros” con hermosas canciones imbuidas de psicodelia (y los ruiditos de Maclean), pero también con certeras dosis de humor (Robot Man, con la clase de funk que debe bailarse dentro de un ovni) y auténtica alegría de vivir convertida en adrenalina (Happy Song, con piano y palmas). El disco abre con Setting Sun, puro sonido seventies para la postal de una ruptura amorosa, una temática que retoman más adelante con otro tema melancólico y de nombre contundente, She Don’t Love Me No More. En I Am the Unknown, los teclados, samples y coros espaciales proyectan un solo de guitarra asesino, como en una improbable cruza entre Pink Floyd y los Primal Scream más rockeros; y Rox machaca con el bombo en negra mientras los Aliens rapean sobre una nube de teclados. Hay más por descubrir en Astronomy for Dogs, que se editará el mes próximo en la Argentina. “Nos encantaría ir a la Argentina”, escribe Maclean, justo antes de caer en el lugar común: “Mi restaurante favorito de Londres es una parrilla argentina llamada Buenos Aires”.
–En The Beta Band siempre estábamos intentando empujar los límites y nunca repetirnos. The Aliens, en cambio, se trata más de tener un buena fiesta, a la antigua.
–Quizá, pero también podría haber sucedido que la banda no funcionara con Gordon. De todos modos, creo que sí llegamos al máximo de nuestro potencial en términos creativos, pero nunca fuimos aceptados por el mainstream en el Reino Unido. Nunca nos dieron bola en Radio 1 y cosas así.
–No, porque estoy muy orgulloso de The Beta Band, y Robin y yo tenemos un modo similar de trabajar, así que eso va a filtrarse sin dudas en el sonido de los Aliens. La diferencia mayor es en vivo, porque The Aliens es menos estructurado, más divertido, con menos proyecciones, y más centrado en Gordon. Somos muy poderosos en vivo.
–Me rompía el corazón verlo con esa medicación tan fuerte que le quitaba su personalidad, pero él logró pasar por todo eso y ahora se siente mejor que nunca.
–En realidad no, porque él podía hacer su material de Lone Pigeon y tocar con sus amigos, pero The Beta Band hubiese sido demasiado estresante para él en ese momento.
–Claro, sobre todo cuando la música se convierte en voces. Es difícil separar el genio de la locura.
–A Gordon le interesan los extraterrestres. Y a mí me gusta la idea de que somos aliens sobre la Tierra, observándolo todo.
–No pensamos demasiado en eso, simplemente queríamos hacer una canción funky. Es gracioso que una banda dance como The Chemical Brothers pueda hacer temas con una frase repetida, pero cuando se trata de una “banda” todo el mundo lo comente tanto.
–Tendrá más sonidos inusuales, más locura... ¡y canciones más cortas!
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