EL FONDO NO FISURA, DE FANS DE CALLEJEROS A BANDA DE ROCK
Crecieron con la cultura del “aguante” y se hicieron conocidos en los medios masivos como “una de las bandas que seguía a Callejeros”. El uso de las bengalas. La tradición de los carteles. Aquella noche de Cromañón.
› Por Javier Aguirre
Son pocos los ejemplos de bandas cuyo nombre ya era conocido aun antes de su primer ensayo. Podría ser el caso de El Fondo No Fisura, una banda under del Oeste bonaerense cuyo nombre trascendió en 2004 y 2005 porque, antes de ser lo que hoy es, un grupo de rock hecho y derecho, era una agrupación de pibes que se juntaba para asistir con fidelidad, pasión y bandera propia a los shows en el interior de Callejeros y otras bandas (Los Piojos, Las Pelotas, La Renga).
Un aguante rutero y federal –una vez a Chajarí, otra vez a Villa María; la próxima a Mar del Plata– que fuera una de las marcas registradas de la escena del rock and roll argentino de los ‘90 y de principios de esta década, y que resultara una de las tantas manifestaciones para-rockeras que quedaron estigmatizadas a partir la trágica velada del 30 de diciembre de 2004, cuando 194 personas murieron durante un concierto de Callejeros en el boliche República Cromañón. Por eso será conveniente aclarar, para lo que sigue de esta nota, que cuando se hable de EFNF como “banda”, se referirá a su presente como grupo de rock; y que cuando se hable de EFNF como “agrupación”, se referirá a su pasado como público de rock aglutinado bajo una bandera.
Actualmente El Fondo No Fisura (la banda) está mezclando su disco debut, Qué tanto escándalo, en el que combinan un sonido bien rocker con sorpresivos vaivenes rítmicos del ska al rock and roll. Y en el que cuelan letras bien urbanas y con cierto espíritu de denuncia social, como su canción Contradicciones, que dice: “Un Che Guevara cenando en McDonald’s./ Un bolchevique escuchando Radio 10./ La policía que no nos cuida y delinque./ Ser coherente resultaría una estupidez”. La salida del álbum de EFNF marcará oficialmente su cambio de lado del mostrador: ayer abajo del escenario, hoy arriba del escenario; y siempre bajo el mismo nombre. Sin embargo, ese abrazo al nombre implica también el abrazo a un pasado con carga: a partir de la tragedia de Cromañón, a EFNF (la agrupación) se la nombró en algunos medios como referentes de la cultura de bengalas.
Incluso desde la defensa de Omar Chabán, el empresario que regenteaba el boliche, se acusó a EFNF (la agrupación) y a otras agrupaciones de fans que portaban bandera propia de haber encendido bengalas aquella noche horrible. “Nosotros ni siquiera habíamos ido todos esa noche a Cromañón”, asegura al NO Juan Pablo Sandoval, cantante y guitarrista de EFNF, la banda, que también está integrada por Nicolás Zárate (guitarra), Fernando Rotonda (bajo), Rubén Martínez (batería), Lucas Amaro (saxo), Mailén Elvira (teclados) y Claudio Carreño (percusión). “Para la época en que pasó lo de Cromañón –continúa Juan Pablo–, ya no seguíamos tanto a Callejeros, y a ese show en particular sólo habían ido dos de los chicos de El Fondo No Fisura; y además, cuando empezó el incendio ellos estaban en la vereda y todavía ni habían llegado a entrar; sólo entraron después, junto con mucha otra gente, para ayudar”, agrega. Uno de los desafíos para EFNF (la banda) será entonces despegar de EFNF (la agrupación): no es casual que en ocasión de la trivia publicada en el NO el 8 de agosto de este año, en la que se mencionaba a El Fondo No Fisura como “fans de Callejeros”, el propio Juan Pablo se comunicara con la redacción del suplemento para hacer la aclaración.
Juan Pablo Sandoval: –Fue todo un proceso que empezó hace como seis años, y no siguiendo a Callejeros sino a Los Piojos. Como Andrés Ciro siempre leía las banderas de los chicos que los iban a ver, nosotros empezamos a llevar una que decía “El Fondo No Fisura” y que tenía dibujado un piojo. El nombre era un chiste porque una vez, a la vuelta de Cosquín Rock en un micro, nosotros estábamos sentados atrás y veníamos durmiendo; y los de adelante empezaron a cargarnos con que “los del fondo estábamos fisurados”. Nosotros les contestamos que “el fondo no fisura”, y ahí quedó el nombre. Pero todo eso apenas duró un tiempo, éramos un grupito de unos diez pibes que iba cambiando y nada más. De los que hoy formamos la banda, sólo hay dos de los que en esa época llevábamos la bandera de El Fondo No Fisura a recitales. Y era una bandera chiquita, secundaria, que a veces ni la colgábamos en los shows.
J.P.S.: –Con Callejeros no tenemos ninguna relación. Tampoco la buscamos nunca. Y con otras agrupaciones... la verdad es que no me gusta hablar de barras, porque es algo más del fútbol que del rock. Yo en mi época de seguir bandas nunca vi rivalidades entre el público. Cada uno llevaba su bandera con el nombre de su barrio y nada más.
J.P.S.: –Yo tenía muchas ganas de armar una banda, y empezó como un juego. Armamos el grupo, empezamos a hacer rock and roll cuadrado y nos animamos a ir metiendo otras cosas, saxo, teclados. Debutamos en abril de 2004; para ese entonces yo ya había dejado de ir a ver a Callejeros, y ya se había cortado lo de las banderas, lo de ir a ver bandas en micros. Además, seguir llevando la bandera iba a confundir, así que quedó de lado. Confundía.
J.P.S.: –Tenemos mucho respeto por los artistas; no creemos eso de que el que está arriba del escenario es igual al que está abajo. No hay que confundir el lugar del público con el lugar del artista. Lo que sí es cierto es que tanto nosotros como las bandas que antes seguíamos, empezamos más o menos en la misma: bien de abajo, sin ir al conservatorio, aprendiendo de a poco. No es cuestión de delirar, ni de soñar demasiado, pero si ellos llegaron, ¿por qué no nosotros?
J.P.S.: –No, pero no queremos que haya confusión. Yo para ese entonces ya no seguía a Callejeros. Me enteré de lo que había pasado a la mañana siguiente y me puse, desesperado, a llamar por teléfono a todo el mundo, a ver quién estaba, quién había ido. En la banda no hablamos mucho de Cromañón; es un tema muy delicado, doloroso.
J.P.S.: –Cuando yo empecé a ir a recitales, allá por el ‘98, las bengalas ya existían y yo convivía con eso, parecía lo más normal, estaba aceptado; todos formábamos parte de eso. Pero hoy, con todo lo que pasó, lo pensás y era una terrible inconciencia. Nosotros no tirábamos bengalas, pero en esa época tampoco decíamos nada si un amigo al lado nuestro prendía una. Yo no soy capaz ni de tirar un chasqui-boom. De hecho, si ahora en un show nuestro alguien llega a encender pirotecnia, obvio que pararíamos el show.
* El Fondo No Fisura toca mañana viernes en el Ex Cine de González Catán, frente a la plaza, junto a Poco Cuerdo, Tratando de Ser y Peligrosos Inocentes. La entrada sale 3 pesos. A las 21.
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