Jueves, 23 de agosto de 2007 | Hoy
TRIBO DE JAH EN NICETO
Por Daniel Jimenez
Y se vino la cuarta. Porque hoy y mañana se presentará una vez más en Buenos Aires una de las agrupaciones más exóticas y legendarias de la historia del reggae de Brasil: Tribo de Jah. Conformada en su mayoría por no videntes egresados de la Escuela de Ciegos de Maranhao, la banda con más de dos décadas de historia vuelve a nuestro país para sacar a pasear las canciones de Love to the World, Peace to the People, su último disco. Fauzy Beydoun, vocalista, compositor y alma mater de los brazucas, asegura que su principal desafío es “probar que el grupo, después de tanto andar, aún puede hacer un álbum original y fresco, que tenga su razón de ser en un mercado con las características que vemos hoy”. Desde su debut con Roots Reggae en 1995 hasta la fecha, Tribo ha superado distintas crisis y se ha sabido acomodar al paso del tiempo, esquivando los charcos de la moda. “Creemos que el mensaje que pasamos ahora es más maduro, y tiene que ver con una manera diferente de ver el mundo, en armonía con el progreso y la evolución de cada uno. Tener un éxito puede ser casual, pero mantener un trabajo de veinte años con mucha intensidad ya no es tan fácil”, explica Fauzy, quien pasó cuatro temporadas viviendo en Costa de Marfil, donde se contagió de la causa africana. Días que el cantante recuerda con nostalgia: “Africa fue decisiva en cuanto a mi formación, ya que cuando llegué, en medio del Apartheid, era muy joven. En un momento hasta pensé en quedarme para siempre porque la considero mi segunda patria, pero decidí volver. Creo que esa experiencia logró acercarme más al reggae”. A partir de la fama ganada por la banda, la música jamaiquina dejó una marca indeleble en la cultura maranhense y elevó a Tribo de Jah a la categoría de leyenda viviente en su estilo, que abarca desde el reggae roots cadencioso al dub espeso y fumeta.
Beydoun, único vidente del combo, reconoce que en su país las cosas no fueron tan fáciles, y debieron enfrentar a una manada de intelectuales de los medios que los criticaron ferozmente por bajar línea y escupir verdades. “Nuestra propuesta no fue aceptada porque nosotros denunciamos la corrupción, que hoy asciende a niveles increíbles. No quiero decir que somos los dueños de la verdad, pero queremos ejercitar el cuestionamiento como una manera de mantener a los jóvenes menos alienados”, afirma Fauzy.
Lejos de ser profetas en su propia tierra, los murciélagos del reggae se acostumbraron a recibir elogios y distinciones de revistas de Estados Unidos, Francia, España e Italia, pero no de sus compatriotas. Una espina que, al parecer, duele más de lo pensado. “Las grandes publicaciones brasileñas jamás escribirán algo de nosotros porque son una consecuencia del colonialismo cultural. Por eso prefieren darle a cualquier gringo que aterriza en Brasil una página entera, por más limitada que sea su música”, confiesa. Para todos aquellos que se acerquen hasta Niceto y tengan dudas sobre el estado actual de los muchachos, Fauzy tiene una respuesta: “Tribo está ahora en su mejor momento y es como los buenos vinos. Puede depurarse con el tiempo”.
* Tribo de Jah se presentará hoy y mañana en Niceto Club junto a Sinsemilla. A las 21.
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